Bodeguita. O bar o tasca o como lo queráis llamar, pero eso sí, sin boludeces tipo gastro-loquesea. Este es un lugar clásico y sencillo; lo complicao, vaya.

Pues nada, calle arriba y calle abajo hasta que lo encuentras (el guguel maps me ha vetao), que yo soy un despiste con patas.

Pequeña terrecina y aun más pequeño local, pero aquí no venimos a jugar al polo. Pides recomendación y oye, te recomiendan. Pues nada, te llevas una morena en adobo y unas acedías. Que se dice fácil, pero un muy buen adobo e impecables acedías. Fritura limpia y directa en plan Nadia Comanecci. Ni media pega (como alguien me diga que el pescado tenía espinas le doy con la mano vuelta).

De beber, pues tiro pa'la zona si me dejan. Aquí, me dejan. Me bienrecomiendan manzanilla Maruja. Y yo, que soy un tipo fácil, Maruja bebo encantado.

Oye, que no acaba aquí la cosa. Que el encargao de los fogones sale a preguntarte si te gusta o no lo que te ha puesto. Que el amable jóven que te ha puesto el vino y recomendado también te pregunta. Que parece que con soltarte la patata caliente basta, pues mira no, te preguntan y eso es que les importa.

No sale caro sonreir. Con poco más de 10 EUR va la cosa lista de papeles.

Edito días después: Se me había pasado que también comí una tortillita de camarones.

Pequeño local con algunas mesas en el exterior entre las callejuelas próximas al Museo de Cádiz. Básicamente se sirven tapas, raciones y platos elaborados del día típicos de la zona.
Pedimos ortigas de mar y una ración de "pescaíto frito". Fritura correcta, con capa finísima de rebozado y buen sabor, quizá un poco escasa la primera. A 6 y 10,50€ respectivamente.
Un par de finos y un agua, además de dos cafés y servicio de pan.
Estuvimos en la calle, en mesas informales de terraza.
Calidad en las tapas y precios algo elevados.