Situado en pleno centro de la ciudad, en la anteriormente llamada General Sueiro. El local ha sido remodelado recientemente, aunque no sé si realmente le hacía falta, ha perdido cierto encanto, aunque el resultado haya sido bueno. Si que es cierto que ha ganado en comodidad, al añadir mesas que sustituyen a la contrabarra (contra la pared) que había anteriomente. Han abierto un nuevo local (aunque ya lleve más de 3 o 4 años), en las proximidades de la Romareda, más amplio, más restaurante, por decirlo de alguna forma. Servicio muy cordial y atento.

Tiempo atrás tenía vino El Coto como vino de la casa, embotellado de propio, hoy en día, disponen de 8 o 10 botellas abiertas, para un bar de tapas, puede ser suficiente, de igual forma, era de los pocos sitio de Zaragoza en el que poder tomar Champagne por copas (hipercomerciales por otro lado, Moët, Mumm, etc.). Tapas imprescindibles: tostada de foie (historicamente de las mejores de Zgz, los rinconcitos (tostada con solomillo de cerdo y panceta alrededor), habitas con ajetes y foie, chipironcitos, o incluso un confit de pato. Uno de los primeros y por entonces únicos sitios en la ciudad en los que poder degustar gamba blanca de Huelva, hoy más común, por otra parte.

Nosotros optamos por una ración de madejas (también muy buena por cierto, incluso de las mejores de la ciudad) a 5,70 €, una de sepia plancha (bien) a 6.50€ y las citadas habitas con ajetes y foie, a 6,10€, acompañados de un par de nesteas (2,20€), una copa de Enate 234 (1,80 €), y una de Viña Cubillo (3,50 €), sigue siendo un buen sitio donde tapear, donde encontrar sus platos de toda la vida. Total con el pan, 30 € de dos personas, no es barato, pero merece la pena.