Antes de visiatar la bonita villa de Comillas, comimos los 4 de rigor (mi mujer, 2 hijos y yo) en la Aldea en la terraza agradablemente a la sompra. Carta muy amplia y atencion muy amable en todo momento.
Pedimos al centro para los 4, las famosas rabas de calamar de la zona (muy buena fritura y generosa ración), croquetas de carne ( mis hijos son adictos a ellas y si están así de ricas quien no?), ensalada templada de gambón y aguacate (refrescante y con 4 buenos gambones) y un espectacular atun rojo sobre cama de ajo blanco , que platazo, que bueno el atún que junto con esa crema de ajo blanco brillaba aún más.
Refrescos, cervezas, agua y cafés.
Total 66 e.
Recogi los comentarios del foro y decidimos probar. Estoy de acuerdo con todo. El trato amable, estilo rústico, comida tradicional bien presentada, varidedad de platos, carta de vinos correcta, calidad y precios aceptables, el dueño decía que no los cambiába desde el 2008. Primero tomamos una ensalada con bacalao confitado y pimiento rojo, muy Rica. Luego un pulpo frito con puré de patatas y pimentón, que bueno. Más tarde con una generosa tabla de quesos cantabros, terminamos. Acomapañado de un albariño de la zona muy normalito. Los postres caseros, una tarta de queso espectacular y una crema plasiega muy Rica ,con cafés. Salió por 61e. Dos personas. La terraza estaba llena y en el salón tres mesas libres. Si me gusto. Es para recomendar.
Nos acercamos hasta comillas llamados por las criticas que leimos en distintos foros. Disfrutamos de una excelente comida, la carta de vinos un poco escueta, mejorable pero decente. Nos decantamos por una botella de Teofilo Reyes que ya he tomado en otras ocasiones y me parece un buen vino.
Para comer pedimos un queso de la zona asado con mermelada de tomate muy rico.
seguimos con todo un clasico como es el cocido montañes, de los mejores que he comido en mucho tiempo y terminamos con un solomillo de excelente calidad y preparacion.
todo un acierto
Restaurante situado en el centro de Comillas. Tiene el comedor en el primer piso y en verano montan una terraza en la calle, pues es peatonal y por lo tanto tranquila. El comedor de invierno, de estilo montañés, es pequeño solo 7 mesas, bién montados y con vajilla, cristalería y mantelería correctas. Decidimos ir a comer ya que en esta época no tenemos las aglomeraciones de Julio y agosto. Servicio juvenil, atento y con ganas de agradar. Eramos 3 personas y pedimos: de 1º, 1/2 ración de mollejas empanadas(5,35), abundante cantidad pese a ser 1/2 ración, estaban correctas; Pulpo a la Plancha con cama de crema de patatas(16,00), en su punto de textura, exquisito y Ensalada de queso de cabra con jamón ibérico(10,70), muy fresca y rica. De 2º: Callos caseros(9,65), muy ricos y melosos; Manos de Cerdo(9,65), magníficas, perfectamente deshuesadas y pura gelatina y merluza a la cazuela(16,00), en su punto, rosadita por el centro, muy rica y abundantísima, eran dos rodajas. No pedimos postres, pese a ser caseros, pues no podíamos comer más. Bebimos un 50-50 de Pago del Vicario añada 2006(15,00), buén vino que acompañó magníficamente la comida. Refrescos, agua y cafés. He de destacar que las raciones son especialmente grandes.