Es un restaurante tipo tasca en el que comer platos abundantes y de calidad por un precio que no tiene comparación. No es de extrañar que haya que llamar con algo de antelación para pedir mesa un fin de semana. Con respecto al comentario anterior hay que decir, que desde que yo lo conozco (2011) YA tiene aire acondicionado. Puedes comer extremadamente bien con vino por 15-25€ por persona. Buen diseño y los camareros son cordiales.
Se trata de un local interesante aunque sin aire acondicionado, con lo que no resulta recomendable su visita en los días en los que se instala la calima en La Laguna. Éste fue el caso.
El servicio es muy amable y eficiente.
La carta de vinos es pobre, aunque los precios son razonables y al final acabas encontrando algo de tu gusto.
La comida que se ofrece es todo menos convencional. Al final intentan sorprender con mezclas nunca acertadas aunque comestibles. La conversación amistosa salva el rato.
Pedimos una ensalada de pollo empanado, unos montaditos de batata con queso de cabra y tomate gratinado, huevos estrellados sobre base de papas y tacos de jamón, y unas empanadillas de atún y carne molida con salsa de guacamole.
El vino empezó muy mal con un Borujo blanco listán del 2009 y acabó mucho mejor con un Viñátigo Blanco Marmajuelo.