Nueva visita a este restaurante un tiempo mas tarde.

Enclave y entorno ya descrito.

Esta vez en vez de mantel o caminos de mesa, había unos manteles cuadrados de un sintético simulando cuero. Servilletas de buena tela y tamaño blancas impolutas.

Buen nivel de la cristalería, con cambios de copas.

Curiosamente el pan se presenta cortado en una bolsa de papel de mediano tamaño, con una imagen similar a las usadas por los americanos USA, cuando en las películas salen realizando la compra.

Tras una aperitivo de rilletes.

Repetí el hueso con su tuétano de hueso largo, tipo fémur, al horno. Con sal en escamas y pimienta (curiosamente el molinillo de la pimienta asemeja a una botella de vino, adquirí uno por su singularidad y le fabrica Peugeot); especial y a mi gusto imprescindible.

El denominado filete americano, que es un Steak tartare
, que ofertan el ser elaborado en cocina, medio elaborado o ser realizado por el propio comensal en la mesa. Opte por la solucion intermedia, acompañando a la carne, el huevo, mostaza, alcaparras, alcaparrones, cebolleta y una guarnición con infinidad de cosas entre uvas, pepinillos, tomate, endivias etc... : Todo esto acompañado en unos platillos adjunto con las patatas fritas y patatas gratinadas.: muy buen novel de la carne, sin ningún pero.

Uno de los comensales se decidió por vieras a la tailandesa, que presentaban un magnifico aspecto, asi como un entrecot de otro o lenguado del mar del Norte, que no se quedaban atrás en el aspecto y en los elogios de quienes lo comían.

Carta de vinos, pues con predominio de franceses aunque también había algún español recordando ahora los Borsao.

Tomamos Vinos Saint Veran 2008 Borgoña y vino tinto Pavillon de Poyferre 2007 de San Julian.

No pudimos llegar a los postres. Aunque cae a los españoles fuera de los circuitos turísticos, creo que el lugar es una vista obligada si se merodea por la zona. Al menos merece un rodeo.

Restaurante fuera de el circuito que podemos denominar turísticos de Bélgica, al no ser la localidad una de las de obligada visita.

Local situado en la zona de afueras, de la Villa de Mouscron, cerca de la frontera francesa por la zona de Lille.

Acudimos al local por indicación de los habitantes de la zona, “versados “en gastronomía y vinos.

Local situado en una casa con fácil aparcamiento. Decoración de tipo minimalista sin serlo en sentido estricto, mesas algo juntas, con caminos de mesa, vajilla, cubertería y cristalería adecuadas.

Nos decidimos ante la carta, por los platos más característicos de la zona ante las indicaciones del personal.

“Os à moelle et son pain grillé”, sobre una base se sal en escamas, con mostaza aliñado: algo distinto a lo habitual, resulto un bocado excelente, todo sabor y textura aunque reconozco, que hay que superar reparos psicológicos y visuales.

Croquetas en surtido, con buena masa y rebozado.

Mollejas de ternera con trufas, otro plato a recordar mucho tiempo.

Entrecot a la irlandesa natural, muy buena carne y mejor punto junto a la presentación.

Ante la costumbre del país de acompañar todos los platos, y estando buenas las patatas fritas clásicas, unos puntos por encima encontramos las patatas gratinadas.

No dimos lugar a poder degustar postres entre la contundencia de los platos y las guarniciones.

En cuanto a los vinos, buena carta de vinos con buen servicio junto a cambio de copas adecuadas.

Los Vascos, Domaine barones de Rothschild (Lafite) 2008

St Emilion Grand Cru, les Roches de Yon Figeac . St Emilion Grand Cru, 2005

No puedo hablar de precio, pero los platos en carta oscilabam entre 16 a 22 euros.