Nos encontramos ante un Restaurante cargado de gran tipismo y que rezuma tradición culinaria campellera por los cuatro costados. A destacar sus arroces, sus calderos, sus paellas y todos los productos del mar. Productos, fresquísimos. Reformado recientemente. Dispone de una cuidada carta de vinos, no muy extensa, aunque el trato al vino es mejorable; en todo caso, me consta que los responsables del local conocen en profundidad el mundo del vino, pero quizás el tipo de público que reciben no favorece manejar toda la parafernalia que un amante del vino gustaría en un gran restaurante.
Visitamos Els Bessons Rafa, Federico, Nacho Coterón (Presidente de la Asociación de Sumilleres de la Provincia de Alicante), Pepe Rubio y un servidor; y nos lo pasamos estupendamente. Catamos algunos vinos que trajo Nacho y también le hicimos gasto, como no, a los dueños del establecimiento, degustando un par de vinos de la carta.
Dimos cuenta de un extraordinario Caldero Campellero (que a mí se me antojó insuficiente en cantidad, pero excelso en calidad -el mejor de Alicante, para mi gusto-); y antes ya habíamos disfrutado con una ensalada de salazones y unos boquerones a la plancha. El "ali-oli", casero, casero, presentado en su mortero. Los postres, mejorables.
En todo caso, es un local muy recomendable, si visitáis El Campello. Hay que reservar con antelación (incluso el caldero o la paella, también, que en esta casa tienen por costumbre comprar a diario).