Ubicado en pleno centro de Albacete, en su hotel más emblemático.

Restaurante/Cafetería con esa atmósfera entre fría y confortable que emanan los buenos hoteles clásicos reformados.
Aire limpio, moderno. Suelo de tarima noble color caoba, con cuyos listones forran también en parte las paredes. Techo azul vivo del que cuelgan unas bonitas lámparas ligeramente ovaladas
Buen mobiliario y mantelería, correcta vajilla y cristalería.

Tomamos un apañado Menú (por 18€, vino y café incluidos) regado con un Finca Antigua 2005 que por cierto se encuentra en gran estado de forma.
De los 5 primeros, 4 segundos y 5 postres entre los que podías moverte, elegí:

• Judías Pochas con Perdiz.
• Solomillo de Cerdo en Salsa de Vino Fino y Hongos.
• Pan de Calatrava, de postre.

En general, satisfizo nuestras expectativas. Las pochas estaban deliciosas, ligadas con una salsa muy cremosa y agradable.

Carta de vinos cumplida, trato del mismo mediocre.

Servicio escaso pero rápido y elegante.

Una interesante y económica opción para comidas rápidas de trabajo.