Sin referencias acudí a este restaurante en pleno puerto velero de El Campello con vistas a la marina. Optamos por el menú del día (30 €) con bebida aparte.

De entrantes: 

* Salpicón de marisco. Buenos tropezones de pulpo y gamba.

* Popieta de lenguado con salsa de langostinos. Un bocado de pescado en fina tira.

* Cigalitas con habas y ajos tiernos. Las cigalitas no eran frescas y restaba sabor al plato.

Plato principal: Fideuá campellera. La pedimos con fideo fino, con tropezones de sepia, emperador y colas de gambas, y con fondo de la "salmorreta". Muy sabrosa y raciones generosas.

Postre: Helado de turrón de Xixona.

Bebidas: Cervezas por el tema de la conducción en coche posterior.

Lugar agradable con amplia cristalera con vistas a la Marina de El Campello, servicio rápido y atento, y con precio correcto.

Cocina Mediterránea en un entorno muy agradable, con bonitas vistas frente al mar. Coincidiendo con la NIT DEL CAVA 2008, organizada por COFRADÍA EL RAÏM, y con el protagonismo de los cavas de Hispano-Suizas, degustamos un amplio repertorio de la cocina del local. En la Dirección en sala hallábase Jordi Baldó, excelente Sumiller, ocupándose de todo lo necesario para la comodidad de los comensales.
Probamos como aperitivos jamón y lomo ibéricos D.O. Guijuelo, excelentes, magníficas almendras de Xixona y las indispensables coroquetas de jamón ibérico Rest. Club Náutico, deliciosas. Maridado con Tantum Ergo Pinot Noir Rosado.
Seguimos con una composición de frutos de mar bañados en consomé de berberechos: un soplo de mar en boca, muy agradable. Una coca de Molla en hojaldre, cubierta con espencat, sardinas marinadas al vinagre de cava y caviar de Pino Mediterráneo, aromatizada con aceite de oliva virgen en Infusión de Tomillo, nos pareció sensacional. Magnífica creación. A continuación un "bocadillo de calamares en copa". Respiramos cuando comprobamos que no se trataba de ningún bocadillo, sino de la mezcla en copa de unos calamarcitos salteados con trocitos de pan tostado, plato que no nos sorprendió excesivamente. Maridaron mejor los dos últimos entrantes, que los frutos de mar con el magnífico TANTUM ERGO Chardonnay (cava).
Se nos ofreció a continuación una gallineta de mar en Salsa, plato creado especialmente para la ocasión y que a mí no me dijo gran cosa: buen producto, pero la salsa me pareció un tanto improvisada. No maridó mal con el Tamtum Ergo Sacramentum (degollado en primicia para el evento por la Bodega), que aunque infanticidio (pues necesita crianza), apunta muy buenas maneras.
El postre tartufo de chufa con vizcocho de marcona y sabayone de Moscatel, interesante. El Estrella 10, moscatel con el que se acompañaba, quedaba un poco apagado frente a la intensidad del tartufo.
Servicio del vino, poco eficiente y muy mejorable. Cristalería limitada.