Esta crítica es del restaurante en la plaza Matute.

Cena con amigos un viernes por la noche, es un local muy céntrico que en los meses de verano dispone de una buena zona de terraza, luego dentro hay una zona con barra y mesas tipo bistrot parisino, muy cuco, y en la parte de atrás una zona un poquíto más formal, de comedor. Baños pequeños pero limpios. El local sí que recuerda a un bistrot francés y es lo mejor del restaurante. Un ambiente cálido, informal, bonito, y apto para cenas o comidas en pareja o con amigos.

Tomamos un vino francés recomendado por el camarero, vino tirando a decente, precio algo inflado pero comparado con la mayoría de sitios que tienen vino francés y los precios que les ponen, no está mal. El servicio de vino es: abrir, probar, y dejarlo en la mesa. La carta es muy corta pero a su favor decir que en general no abusan nada de los precios. A nivel mas general el trato es amable y rápido. Cada vez que he ido, he tenido un camarero francés.

La comida, sin el nivel de presentación que es casi de rigor en Francia, está bien, en concreto probé la terrina del bistrot, buena, y el magret confitado, muy bueno. De postre creme brulee, flojillo. Tambien pude probar algun que otro plato que pidieron los demás, hamburguesa buena, y cassoulet, muy bueno. En cuanto a cantidad, ni abundante ni muy poco... a lo mejor alguien con mas apetito podría quedarse con algo de hambre.

Impuesto revolucionario de 2€ por cabeza de pan (€10 en total para un total de 10 rebanadas).

No se come de maravilla pero tampoco se come mal, precios algo contenidos y un ambiente muy recomendable hace que sea un sitio para tener en cuenta si te das por comer o cenar en esa zona, donde últimamente abundan los restaurantes para turistas.

Restaurante frances, regentado por franceses.Fuimos recomendados, aunque hay que decir que una vez alli parece ser que habian cambiado totalmente la carta e incluso la gerencia y mis acompañantes lo recordaban bastante mejor.TODO lo que pedimos que ellos recordaban ya no lo tenian.

En general, todo correcto.Probamos la terrina del bistrot, que era similar a un pate de campaña, pero que elaboraban ellos. Como platos principales probamos solomillo de buey, carne roja de calidad marcada brevemente a la plancha.Magret y muslo de pato. En general raciones bastante pequeñas, con elaboraciones bastante sencillas.Aunque producto bueno.

Repecto a los vinos, carta con predominancia francesa, aunque mis casi nulos conocimientos de vinos franceses me hicieron dejarme recomendar por el servicio porque iba totalmente perdido. Servicio demasiado joven,parecian los hijos de los responsables, y tampoco me supieron decir mucho sobre el vino.

Pedimos 3 postres, fondant de chocolate ( nada del otro mundo),tarta tatin de manzana (muy bueno) y unos profiteroles, que tuvimos que dejarlos porque estaban helados, se lo dijimos y ni nos lo retiraron y ademas nos los cobraron.

Cadena de varios restaurantes de claras influencias francesas bien elaboradas.Comimos el menu de los cuales la sopa de cebolla estaba muy lograda segun mi mujer que al ser francesa es de valorar.Yo comi unas falsas croquetas de queso un poco insulsas por el queso usado(era queso ligeramente empanado) y miel de acacia muy rica esta ultima.De segundo una Parmentier estilo brandada de bacalao que como el propio nombre indicaba estaba a medio camino entre una y otra receta fallando un poco en el ajo algo socarrado al meter el plato al graten y una pata de pato confitada bastante gustosa con patatas salteadas.Los postres bastante ricos con un fondant de chocolat muy poco hecho como debe ser y una tarte tatin muy rica.La carta de vinos un poco extraña pero a la vez original en el capitulo sobre todo frances al tener bastantes referencias de vin de pays algo arriesgado debido a ser referencias poco conocidas pero que me parece una buena iniciativa.Deberian cuidar un poco la homogenidad de las copas de vino en las mesas al igual de tener las referencias de la carta ya que faltaban muchas sobre todo españolas.En resumen no se come mal aunque tiene algunos flequillos por ahi.

Restaurante muy recomendable para comer al medio día, pues dispone de un interesante menú por 13,50 donde se pueden encontrar casi todos los platos de su carta (alguno con un suomlemento de entre 1 y 3 € al coste total del menú) que lo convierte en una opción muy seria para comer muy bien a un precio razonable.

La sopa de cebolla es recomendable y el confit de canard es realmente rico. De posrte, la Tatin de manzana está francamente buena.

En cuanto al vino, algunas referencias francesas a precios aceptables pero pocas (igualmente no conozco mucho de vino frances, pido perdon). En cuanto al servicio... podría ser bastante mejor: ¿francesses jóvenes y poco preparados a la latineidad española?

Al medio día laborales: 15€ persona RCP buenísima.
A la carta: Más de 30€ seguro más vino.

Pequeño y coqueto local inspirado como su nombre indica en un Bistrot parisino. Es atractivo y acogedor, aunque las mesas, en especial las de dos comensales, tienen poco espacio de separación entre ellas.
Ofrece una cocina de inspiración francesa con una carta bastante exigua que repasa varios de los más conocidos platos la gastronomía del país vecino (caracoles de Borgoña, confit y magret de pato, ostras, quesos, chocolates …). Platos bien elaborados y raciones abundantes, aunque quizá un poco densas para lo que estamos acostumbrados.
Interesante carta de vinos con pocas referencias pero muy bien escogidas y sobre todo muy poco comerciales. Hay buena oferta del Jura, Langedoc, Provenza, Bandol y otras zonas francesas poco conocidas. Precios correctos y copas simplemente adecuadas.
A mejorar el servicio, nativo francés, voluntarioso, pero no muy bien formado especialmente en el servicio del vino. Hay que prestar más atención en ciertos detalles (no se pueden llenar las copas de vino a la mitad).
Interesante este local para degustar especialidades y vinos franceses en un ambiente muy francés. Precio medio unos 30 euros sin vino.