Soberbias instalaciones. Enorme sala con altos techos, diáfana y luminosa, pues tanto la entrada como el fondo, que da a un despejado patio interior, están equipados con grandes ventanales. La cocina, a la vista y acristalada al uso asiático, embellece y personaliza el local.
Techos oscuros y suelos claros; paredes combinando ambas gamas y con alguna zona de cuarterones entelados.
Vajilla variada y de calidad. Cristalería Schott de buen porte.

Cocina concepto, como ellos mismos bien definen, “Oliva & Soja”: mediterránea de mercado por un lado y japonesa por otro, conviviendo ambas armoniosamente en la misma carta.

Optamos por un menú diario que incluía un primero a elegir entre tres y arroz del día:
• Entrantes:
-Ensalada de brotes y pollo
-Calamares rebozados
-Maki sushis
• Principal: Arroz meloso de coliflor y calamar
Los entrantes aceptables (notables los Makis) y el arroz sobresaliente, en su punto de cocción, sabor y textura.

Carta de vinos de corte moderno: escueta pero recogiendo variadas procedencias con referencias interesantes y económicas, entre ellas el Pago de Los Balagueses Merlot que acompañó el almuerzo, el Barbadillo que la precedió y el Don Px que la coronó.

Servicio eficiente, simpático y ágil.

Local nuevo y bonito con manteleria y cuberteria a tener en cuenta. La comida muy buena. Sushi con producto nacional muy bueno. Tartare de atun muy bueno. Jamón ibérico Lazo y Arroz meloso de atun con erizos excepcional, delicioso.El vino un Matarromera crianza 2005 bien servido y de postre soufle de chocolate y carpaccio de piña con reduccion de PX, muy buenos. De precio excepcional, 4 personas a 48 euros por persona. RcP estupenda.