Decidimos volver,y la verdad,siguen igual de bién.... Íbamos al Tradevo,pero al no seguir la recomendación para reservar mesa,muy a pesar mío,pues tenía muchas ganas de probar su cocina,tuvimos que irnos.... Pues eso,que acabamos en el Villada....
Dos tapas de Salmorejo... tenían un puntito "rústico" alucinante,que aunque bueno,ya está uno demasiado familiarizado con la uniformidad de la Termomix.
Chipirones a la plancha con salsa verde... Muy buenos.
Revuelto de Boletus... Buenos.
Ensalada Villada,nueces,queso de cabra,atún y vinagreta de mostaza y miel... Perfecta.
Cogollos con atún y pimientos aliñados... Ricos ricos.
Solomillo de Buey,en su punto y muy tierna,sabrosa sabrosa...
Para beber... 2 cervezas,2refrescos,2 canastas y una botella 1551 Codorniu...
Los postres muy buenos y el servicio más que correcto....
La verdad es que sale uno muy satisfecho.
La noche,con una leve brisa,invitaba a pasear... y ésta zona de Nervión es perfecta para ello,pues se ameniza la vueltecilla con una gran cantidad de bares y restaurantes donde se pueden reconfortar los más exigentes estómagos y los más delicados gaznates...
Entramos en éste mesón de tapas y raciónes por la recomendación de un amigo,y bendito el amigo... repetiremos seguro... la variedad de tapas es muy buena,y la calidad sobresale de todo lo que le rodea... los pescaítos fritos son una delicia,muy bién hechos,como por ejemplo las puntillitas,las coquinas de Matalascañas espectaculares,los Chipirones a la plancha con salsa verde muy buenos,el Secreto ibérico bien echo,las papas bravas muy buenas pero muy picantes,osea,bravas bravas... la cazuela de Salmorejo muy buena también...La ensaladilla de gambas perfectas...
El servicio del vino y la carta no sé,supongo que normalito para lo que es el local,tomamos unas cervezas y unos tintitos de verano,que a la comida le vino de lujo... El servicio es bastante bueno para lo que esperaba,rápido y eficiente... Respecto a la calidad precio... Insuperable... Si tienes unos días por la ciudad no dejes de visitarlos... Son de una informalidad gratificante...