Restaurante a 1 minuto del centro de Elche, donde a pie puede uno disfrutar de todo el atractivo turístico y cultural del pueblo, comer o cenar en un gallego como este, y pasar un gran día sin subir al coche.
Local con decoración acogedora y rústica, sin altas pretensiones en cuanto a estilo, modernidad o minimalismo en la imagen, que no en el plato, que tanto abunda últimamente en nuevos locales de restauración por las zonas que yo frecuento.
El servicio es correcto, el local es pequeño, y lo mejor es el trato cercano y agradable que profesa, junto a la camarera (muy guapa), Alberto Domínguez. Propietario, cocinero, maître y camarero si se tercia.
Pero lo mejor es su cocina, y su selección de productos. En especial de mi última visita destacar sus platos de pescado. Vale la pena llamar y hablar con Alberto para que te comente que productos gallegos tiene, por ser producto fresco enviado desde Galicia.
En resumen, si no tenéis aspiraciones elitistas en cuanto a imagen y estilismo, pero si en cuanto a cocina, y en especial a producto fresco gallego, vale la pena acercarse y disfrutar de sus percebes, centollas, arroz con bogavante, pescados en su punto, y carnes si lo deseáis. Todo ello regado con vinos denominación Rías Baixas.