La primera vez que sin conocer el restaurante salgo tan impresionado. El restaurante no es barato pero tampoco es caro por la calidad que ofrecen, servicio muy atento. Y comida excelente para destacar unas setas estofadas con huevo poche y una especie de crema de patata gratinada encima que es uno de los mejores platos que yo he probado en mi vida. Arroz exquisito. Carta de vinos: aceptable.

Estuvimos en verano y se estába muy bien en la terraza, aunque en invierno volveremos pues la sala con tanta luz y esa cristalera tan grande es muy bonita, también nos enseñaron la bodega que tienen y vamos a celebrar mi cumpleaños alli, pues tiene un coctel muy bien de precio.

Buen servicio.

Restaurante un tanto irregular en todo: Servicio, comida, vino, etc. Está ubicado en un chalet con mucha luz natural por una enorme criatalera y decorado para dar un ambiente cálido. Cuando llegamos nos tenían preparada una mesa en la terraza. Agradable pero ruidosa por el tráfico tan próximo. Creo que deberían advertirlo cuando hace unos 10 días hice la reserva. Su apertura es un poco apresurada, sin duda por ser el día de la madre. Dado el día que ha hecho hoy en Madrid, hubiéramos preferido en el bonito salón interior. Vajilla y copas pidiendo a gritos la jubilación.

Servicio atento, con ganas de agradar pero con despistes, como traernos por segunda vez la carta de postres cuando ya habíamos dado cuenta de ellos.

Aperitivos de la casa como unas aceitunas y un paté anodino.
Cestita de panes variados: Bien.

Comida para 3 pax:
Para compartir:
Milhojas de ahumados con una especie de mouse de aguacate: Bien presentado, pero conseguido a medias.
Ensalada templada de perdiz escabechada con lentejas verdes de Puy: Solo aceptable.

Segundos:
Entrecot de cebón: Aunque lo pedimos al punto, demasiado hecho.
Arroz meloso de pollo de corral, alcachofas y langostinos: La verdad es que estaba muy, muy bueno. El arroz en su punto y con sabor de verdad. El problema, es que sin consultar, sustituyen el pollo por calamar sin avisar. Se lo comentamos al maitre y nos dió la posibilidad de cambiarlo por otros segundos. Por otro lado, sin posibilidad de repetir (raciones por persona a 22.50€ + IVA); es más, mi mujer me comenta en tono un tanto irónico que dónde estaba su alcachofa. Y es que efectivamente solo había una.

Postres:
Capricho de yoghourt griego con compota de manzana: Aceptable (el yoghourt era más bien una crema muy ligera pero carente de sabor).
Tarta de manzana con sorbete de patxarán: Bien pero lo del sorbete...

Detalles en la sobremesa como unas tejitas y unas trufas.

Servicio del vino:
Carta muy corta (3 páginas para todo). Alterna vinos muy clasicones, casi de super, con vinos modernitos (Santa Rosa, Arrayán, Mas de Can Blau, alguno del Dominio de Valdepusa, etc). Precios ajustaditos (x1.5). Tomamos Vallegarcía Viognier 2007 (18.50€ + IVA). Servicio con cubitera pero con copas pesadas (unas Schott vastorrillas). Efectivamente en otras mesas observé copas con publicidad.

Precio total: 166.01€ (inc. IVA, agua 1l a 1.90€, una cerveza a 3€, un refresco y el pan y servicio a 2.25€ por persona)

Nota: Salgo con la sensación de que este restaurante ha pasado por épocas mejores.

Restaurante ubicado en un chalet en la zona de Hortaleza, muy buen servicio, excelente calidad y una correcta presentación.Excelente bodega de vinos.Destacar que en verano dispone de terraza.
Muy recomendable, el solomillo de buey con torta del casar o rape a la brasa con jugo de carabinero como platos principales, para entrates sorprende las bolsitas o la menestra de setas, aunque debemos degustar el postre de bombón de chocolate con puré de castañas y almibar de plátano.
Es un restaurante muy recomendable.

En este restaurante, sumiller es sinónimo de persona que ni te ayuda ni te deja disfrutar del vino. La dirección, el servicio y la atención al cliente son tan deficientes como la calidad de sus platos. Se nota (y se entiende) la ausencia de su anterior jefe de cocina, J.A Patón.
En definitiva, mediocre. Absolutamente mejorable.

Moderno restaurante con una agradable (aunque ruidosa por estar al borde de la carretera) terraza en verano. Platos e ingredientes de corte moderno y bien elaborados (canguro, avestruz) aunque también figuran en la carta platos más tradicionales que no le andan a la zaga (muy buenas las cocotxas de bacalao). Siento que el vino no estuviera a la altura, pedimos un Estancia Piedra 2001 de Toro que nos sirvieron caliente y en copas inadecuadas (¿por qué les ha dado ahora por poner publicidad en las copas, y encima te las sirven?). Por lo demás es un sitio recomendable, aunque la calidad no justifica el precio (50 € pp).