Al sur del bonito puerto de Altea y con unas excelentes vistas a la playa y al Montgó abre en horas de sol este chiringuito (hoy llamado beach bar) repleto de cangrejos al sol (léase turistas de más al norte de Pirineos) en los que difícil encontrar quien te hable castellano, incluidos los camareros jóvenes y guapos amables y efectivos.

Una corta barra pero sobre todo una terraza sobre la arena (más bien playa de piedrecitas) a cubierta del ya inclemente sol propio del verano aunque el viento refresca bastante.

Sitio de tapeo y copas para el mañaneo (a ésto le voy a poner copyright) y tardeo, todos sentados cara la sur porque las vistas se lo merecen.

Las mesas y sillas copas, platos.. son de terraza de chiringuito y tienes que pedir, pagar y llevártelo a la mesa, a pesar de haber dos personas detrás de la pequeña barra.

Dos para un picoteo/aperitivo con cocacola y cerveza para acompañar unas tapas de mejillones, bravas, pincho de tortilla y ensaladilla rusa que nunca pasará a la historia, pero que volvería para sentarme en primera fila de vistas.