Muy céntrico y muy pequeño pero que sacan rendimiento con un buen equipo de sala y una cocina que no para durante toda la mañana para abastecer dos pequeñas salas, escaleras abajo o escaleras arriba de la entrada; ambas partes con mesas de madera y sillas cómodas (abajo hay una buena mesa redonda) prevista para 1-2-4 almorzadores porque no hay espacio para más entre las mesas y la barra de servicio, incluso con algunos taburetes de madera para solitarios del desayuno más que del almuerzo, porque también sirven desayunos a primera hora entremezcaldos con los bocadillos.
Somos 6 y eso provoca cierto caos, aunque nos salva que son más de las 11 de la mañana y ya ha pasado el apretón fuerte, pero aún así está casi lleno; al final cambiamos de mesas cuando se levantan dos mesas grandes y en el mejor sitio del local como es el espacio entre barra y ventanal a la calle (ver foto). Allí nos acomodamos y esperamos a completar nuestro particular aforo.
La carta de almuerzos es bastante amplia aunque con una buena parte dedicado a las tortillas y revueltos pero es que aún faltan los que, a pie de mesa, nos cantan y que dan al traste a los que ya teníamos hecha la elección; buena señal. En la carta hay un planteamiento novedoso y es que cada bocadillo puede incluir 3 elementos: una base integrada por muchas preparaciones la mayoría cárnicas, una guarnición con muchas verduras patatas y queso más una salsa a elegir entre varias incluyendo mojo picón. Co todo ello se multiplican las opciones de comer.
Parar beber: tinto de verano, cervezas, aguas sin gas. El gasto incluye lo clásico y al menos traen dos dosis de cacaos fritos correctos y de aceitunas mejor que la media. El bocadillo puede ser medio o entero, siendo ambos más pequeños de lo que se tiene como referencia, así que optamos todos por el entero que en realidad era media barra; la calidad del pan no destacaba y el rellenado del bocadillo hubo demasiada variación de unos a otros quedando algunos un poco cortos.
Lo pedido:
. pincho de tortilla de patatas: es uno de sus fuertes y la verdad es que estaba en perfecto punto, casi chorreaba un poco de huevo al partir pero no llegaba a hacerlo; por poner algún pero era para hipertensos.
. revuelto de gulas con jamón y patatas a lo pobre. Referido como muy bueno aunque faltó un poco más de relleno.
. huevos rotos de embutidos y oreja de cerdo adobada y a la plancha x2: faltaba mi favorita, la morcilla, muy buenos elementos y un disfrute; el revuelto sin duda mejoraba el pan porque lo hacía más jugoso. Recomendable aunque uno vino algo corto de rellenado.
. contramuslo de pollo marinado a la brasa: con queso fresco y tomate natural referido como muy bueno
. secreto a la parrilla: con habas y pimiento; se quitó una salsa y se añadió otra guarnición (suplemento 1€).
No podían faltar los cremaets pero no hubo unanimidad pues se pidieron te, café del tiempo y solo y hasta un carajillo de Baileys, siendo todos con buen nivel. Eso sí se nos hizo la hora del servicio de comidas porque empezamos tarde y porque la sobremesa, después de no vernos algunos desde antes del verano, hizo que se alargara en el tiempo sin ningún problema por parte del local.
Los precios son a 5,50€ y 6,50€, según tamaño. Y eso en el mismo centro de la capital. Chapeaux.
oreja
contramuslo
gulas
secreto
pincho
gasto
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