Teníamos muy buenas referencias de los menús mediodía, y por eso  probamos la carta, pero la verdad, no tuvimos un buen día. 

Salirse de 

Les faltó algo de ritmo sacando platos de la cocina, entre finalizar los primeros (3) y la llegada de los segundos, una demora relevante (20 minutos) cuando los segundos no eran de cocción lenta.

Creo que les falta una persona en cocina, porque tampoco estábamos llenos y el goteo de mesas fue holgado...

El chuletón de 1 kg, a pesar de estar poco hecho (como pedimos) mermó considerablemente. 
Era también muy abundante en grasa, con lo que aún parecía menor, por no hablar de unos gotarrones de "salsa barbacoa" (?) que no aportaban valor al plato.  

El canalón de bogavante era una masa uniforme, como un puré, con abundante zanahoria y patata o moniato? y sin rastro de trozo alguno del bicho...ni de su esencia siquiera.  

Lo comentamos, con toda la mano izquierda posible, cada vez discuto menos con "restauradores" :-))) pero la respuesta fue que "era así", y lo más divertido "se lo pongo para llevar?". 

En cambio las croquetas de jamón son excelentes, con trozos de jamón y una bechamel suave, fantástica. 
Las tallarinas también muy buenas y las bravas correctas con un picadillo de pimiento y all-i-oli. El pan/coca con tomate muy bueno, el pan blanco, era coca que también se presenta tostada, desconozco la motivación, ni que lo tuvieran congelado. 

Las copas bàsicas, mantelería, cubiertos y loza, muy sencillos. Los platos para el chuletón eran de postre, triangulares... con poca base, a lo que se te iba un poco el trozo de chuletón podías derrapar en esa curva. 

El servicio automatizado, la jefa de sala con más experiencia pero con poca vista, el otro camarero muy voluntarioso.

Francamente, 150 euros por 3 personas, sin postres ni café, y con una nula "respuesta" a la crítica... no tiene mucho sentido.

A veces uno debe hacer lo que sabe hacer.