Desde hace más de 40 años que funciona este local del polígono de Torrente dando de almorzar y de comer a toda la gente que trabaja en la zona hasta convertirse en un referente. Ahora ya con más competencia pero también con una ampliación propia: Los Abetos II.

En un chaflán y con amplios ventanales a la calle y facilidad de aparcar (algo que cada vez se valora más) tiene algunas mesas exteriores que dadas las fechas no se usan porque el local, muy amplio, sispone de un buen aire acondicionado. A la derecha de la entrada está la barra de bar y el mostrador con algunas de las opciones para almorzar y una pequeña cola que ya te indica que aquí conseguir mesa no es fácil siempre y eso a pesar de que hay varias filas de mesas incluso alguna redonda. El género que hay en el mostrador se completa con algunas opciones especiales que merecen la pena.

Mantel de papel y un buen y rápido servicio en sala permite doblar mesas y atender tanta demanda. Los consabidos cacahuetes de corteza y aceitunas, ambos básicos y escasos, se completaron con el frecuente tinto S.M. y un par de gaseosas.

El pan no destaca por estar poco cocido y algo blando de textura; el entero es la medida habitual de algo más de media barra y el medio algo menos de la medida; existe opción XXL pero no nos atrevemos.

Tres vecinos y sin embardo amigos habituales que pedimos:

. medio de longanizas con patatas panaderas: buen relleno y referido como bueno sin sobresalir.

. medio de revuelto con jamón York chorizo y morcillas con alioli: similar al anterior pero más apetecible y jugoso.

. entero de embutido con habas y trocitos de jamón: el complemento con fritura de las habas y los taquitos de jamón aportan bastante, en el embutido una calidad correcta pero no repetiría; el relleno ajustado.

Para terminar tres cremaets y repetimos dos más una copa de cognac. Bien preparados con algo de exceso de canela y un punto dulce más alto de lo esperado, pero bien.