Fuimos a cenar, comimos unas gambas rebozadas con salsa Thai, ricas con su toque de picante.
De segundo un arroz con pollo con salsa de cacahuetes, gengible, rico también pero sin destacar mucho su sabor.
Acompañado de un Viogner de la Tierra de Castilla Oriolus correcto.
Personal amable, pero algo lentos, falta formación en vinos y carta de vinos escueta.
Local limpio y el menú de la comida que ofrecen no está mal, los precios medios.
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