Local situado en el centro histórico de Ourense, cerca de la catedral (imprescindible ver su pórtico de la gloria) y en una de las dos calles paralelas en las que se superponen diferentes locales de comida mayoritariamente de tapeo y raciones; se suplementa con algunas mesas en el exterior en lo poco que queda de ancho de la calle.

El sitio es estrecho y aprovechan cualquier rincón con lo que los espacios son pequeños, las sillas también y en las mesas el pedir tapeo acaba siendo un puzzle de platos en la mesa. ¿Compensa? Pues es lo que hay y cuando la amabilidad del servicio te recomienda y toma nota de la comanda y sobre todo cuando empiezas a comer se te olvidan los inconvenientes.

Su cocina tradicional y su buena materia prima, sobre todo del mar, es su mejor carta de presentación. Tiene un menú especial (20€) interesante y en carta muchas opciones de croquetas, ensaladas, tostas, minihamburguesas, mariscos, pescados carnes, postres.. etc; destacan las tejas con patatas y huevos camperos con diferentes productos (mayoría cárnicos), diferentes opciones con pulpo y su plato estrella de ventresca de atún bien acompañado.

La carta de vinos hay muchas opciones de vinos locales calsificados por riberiros, godellos, albariños y mencías con una recomendación inicial con su nota de cata y abundantes datos; también algunos de zonas tradicionales y algo más. Optamos por el blanco recomendado: Tamborá 2022 godello que acompañó muy bien. Su servicio: descorche, cata y primer llenado de copas. Hizo falta 4 botellas de medio litro (no hay grandes).

Como llegamos con un poco de antelación, esperamos en las mesas altas viendo la carta de comidas y la salida de platos de la cocina, con lo que los cuatro nos sentamos ya casi con las decisiones tomadas para la comida, y tras solventar algunas dudas, y con un buen pan en la mesa, pedimos:

. volandeiras a la plancha: muy buenas, poca plancha y buen aliño. Para repetir.

. pulpo a feira con cachelos: bien cocido, tierno y sabroso; las patatas gallegas no se que tienen pero no son normales.

. salpicón de marisco: amplia ración, sin excesos de vinagre y buena cantidad y calidad de los tropezones. Recomendado y recomendable.

. teja de croca de ternera gallega: con unos huevos camperos rotos, patatas y un entrecotte de ternera gallega fileteada después de pasar por la brasa en su justa medida. Muy bien.

. plato estrella: ventresca de atún a la plancha acompañada de langostinos, volandeiras a la plancha y patatas panaderas: solo unas palabras y con mayúsculas: IMPRESCINDIBLE Magífica calidad y frescura ajustado paso por el fuego y amplio plato recomendable de compartir al menos entre dos.

. flan de castañas: menos sabroso de lo esperado con ejecución impecable.

. tarta de Santiago: muy almendrada y buena textura. Notable alto.

Como entramos muy tardíos llegamos en pleno proceso de servicio, pero cuando acabamos de comer ya no quedaba casi nadie así que pudimos tener una sobremesa con unos buenos cafés y unos chupitos de un buen licor café Festo Rachada de curiosa y decorada botella.