Local situado en la zona de ensanche del centro de la ciudad con una especial dedicación a tartas y pastelería pero que también elabora un buen pan para tener una única opción salada de almuerzo: el jamón.

El pequeño local de estética cuqui cuidada al mínimo detalle con pequeñas e incómodas (aunque de estética perfecta) mesas y sillas (unas 20 personas de aforo) en el interior y seguramente algunas más cuando el rigor del invierno lo permita. Servicio de personal joven con ganas de trabajar y cuidar a sus clientes.

Hay quien almuerza dulce pero me mantengo en mi medio de jamón; un muy buen pan tostado, fina capa de tomate triturado y un buen y abundante jamón, aunque no ibérico. Para repetir.

Por supuesto no hay cremaet ni parecido, pero el café está bueno. ¡Qué difícil es el oficio de "esmorzador" fuera de la C.V.! pero hay que hacer patria fuera de casa.