Pues si, lo tiene todo.

Local perfectamente descrito por abreunvinito en su anterior comentario. 

Cena para dos, llegada a las 21:00 con el local empezando a llenarse. Servicio muy joven y experimentado, saben vender muy bien las opciones fuera de carta. Carta un poco liosa al abrir el código QR, pues hay un desplegable con "picaeta" que se vuelve a repetir e incluso a ampliar en "Dinar/Sopar", lo cual si vas a picotear y solo abres "picaeta" las opciones son mas bien escasas.

Opción de vinos por copas (no mucha elección) y cervezas de tirador y botella. En nuestro caso cenamos con cerveza, una Alhambra y una Mahou doble, además de agua.

Esto fue lo que tomamos para compartir:

Pan de hogaza a la brasa con su mantequilla y sus salsas.- Muy buen pan, excelente diría yo, con un poco de aceite y 4 salsas para acompañar servidas en pequeños cuencos.

Ensaladilla rusa.- Buena, peca de exceso de mahonesa y falta de atún. En la mesa de al lado pidieron ensaladilla Cassalla, que no está en el desplegable de "picaeta" y creo recordar que llevaba ventresca por encima.

Gildas de boquerón y doble de anchoa.- Aceptables.

1/2 Albóndigas con tallarines de calamar (o sepia).- Para mojar y mojar sin parar, notables.

Wellington de atún.- Recomendación fuera de carta que sólo este plato justifica la visita. Medio kilo de lomo de atún pasado ligeramente por plancha para sellarlo, envuelto en alga nori y un ligero picado de cebolla, envuelto el conjunto en hojaldre y al horno. Espectacular, para llorar de lo bueno que estaba. Ni de co...a lo terminamos, así que tuper y comida para el domingo. Precio 44,50 €.

Postre tarta de Santiago flambeada con cassalla, muy buena, la cassalla la sirven con fuego sobre la tarta, muy poca cantidad para que no se lleve el protagonismo del plato. 

Al principio los platos salieron a buen ritmo, pero conforme se llenó el restaurante, el postre se resintió un poco, incluso a la hora de cobrar lo tuvimos que hacer en barra.

La cuenta ascendió a 74,50 € los dos, teniendo en cuenta que el atún se llevó mas de la mitad del presupuesto me parece un sitio ideal para comer o cenar a un precio imbatible.

Salimos muy contentos y con ganas de repetir y probar otras opciones.

Tras una amplia reforma del local anterior (italiano) la empresa Gastroadictos abrió la semana pasada un nuevo local que se añade a bar Cremaet, bar Mistela y el restaurante La Sastrería bajo la batuta del chef ejecutivo Quique Barella y que tiene la novedad de las brasas cada vez más extendida en los "esmorzars".

El local frente al antiguo mercado de Abastos es muy amplio, casi 700 m2 aunque parece que va abriendo poco a poco según necesidades; por el momento una sala amplia con mesas y sillas de madera cómodas pequeñas y bastante ajustadas de separación, más unas mesas y sillas altas y los clásicos taburetes de la larga barra que hay a la izquierda de la entrada; en la zona frontal se ubican las brasas y la cocina, a la vista. En las paredes colgados unos cuadros homenaje a los bares de la ciudad que son institución; chapeaux por la idea.

A la entrada hay recepción que te lleva a la mesa. Unos carteles colgados y un QR permiten elegir entre varias opciones de almuerzos  (algunas exitosas de los otros bares) y de complementos. También el local tiene una amplia carta para comidas (inlcuidos arroces) y unas opciones de latas de muy alto nivel (Güeyumar incluidas) pero eso será en otro momento. Anuncian que en el futuro tendrán cazalla (un destilado valenciano) de elaboración propia.

El servicio joven, numeroso, voluntarioso pero con aparente distribución de tareas pero por todo el local, lo que hace que cuando contactas con alguien no sea el encargado del tema y todo se retrase más de la cuenta con la consiguiente sensación de ineficacia.

Dos para almorzar. En la mesa unas aceitunas notables y unos cacahuetes sin corteza muy básicos y mejorables. Hay opción de bocadillo entero y medio, el entero es como media barra pero en formato bocadillo con una preparación de abierto completamente como si fuera para tostadas, lo cual incomoda bastante con productos como habas, huevo frito... que no son contenidos dentro del bocadillo. El pan es bueno y crujiente con poca miga.

Para beber optamos por vino y gaseosa y resultó que nos sirvieron 2 copas de vino tinto del que no supimos nada aunque estaba muy aceptable.

Para el almuerzo:

. top Almusafes 4.0: según referido con buena sobrasada, correcto jamón y cebolla pochada más el extra del huevo frito por encima que además de visual aporta sabor y nexo de unión. Más que bien.

. embutido a la brasa con habas: 3 piezas de buena calidad, de la carnicería de Rosa Lloris según comentan, buen paso por las brasas; el complemento de habas, algo frías, tiernas y necesitadas de punch (sofrito, cebolla pochada..). Bien sin más.

Rematamos con 2 buenos cremaets, con corteza de naranja en lugar de limón. Poca sobremesa porque ves que hay espera en un local moderno y que sorprende que haya parejas jóvenes, grupos de mujeres y no solo jubilados o funcionarios. Ya puedes hablar de éxito de la apertura y que les da fuerzas para los proyectos cercanos que amplien el grupo.