Restaurante situado en el nuevo complejo de ocio del Puerto de Cartagena, con terrazas, heladería y discoteca, frente al mar Mediterráneo.

Buena comida a cargo del chef Quim Gabarró, y nefasto servicio cuyo responsable es la empresa del complejo de ocio. Valoraré primero el menú. De entrantes:

* Coca de escalivada (cebolla, pimiento rojo y berenjena) con foie caramelizado. Buen asado del producto con el toque sutil del foie caramelizado.

* Pulpo a la brasa con crema de patata, aceite ahumado y pimentón. Bueno aunque el pulpo un poco duro.

* Tartar de salmón con hinojo, aguacate y huevas de trucha. Plato refrescante donde las hueva de trucha pongan el toque explosivo en la boca.

* Ceviche de corvina con helado de cilantro y menta. Uno de los mejores ceviches que he probado con el equilibrio perfecto de los cítricos.

* Parpatana de atún con salsa de ternera y setas y crema de apionabo con perifollo. Uno de los mejores platos con el tratamiento perfecto de esa joya culinaria que es la parpatana.

De plato fuerte: 

*Arroz seco a la brasa de magret de pato y piparras a la brasa. Perfecto punto de cocción del arroz, con el sabor inmenso del magret y el toque semipicante de la piparra.

* Postre: Tabla de quesos.

* Vino Pago de los Capellanes (crianza) 2019.

Lo lamentable fueron los fallos del servicio de sala. Primero tardaron unos 20' en atendernos (falta de camareros ?, cocineros?). El segundo fallo fue traer el vino tinto cuando íbamos por el tercer entrante. El mayor desastre fue a los postres. Tardaron 15' para traer una simple tabla de quesos, y antes nos habían servido los cafés, que hicimos retirar. Lo más grave es que tras los postres un compañero observó como recalentaban los cafés con el chorro de vapor de la cafetera ya que estaban fríos dado el tiempo transcurrido. Ante la queja nos hicieron unos nuevos, nos pidieron disculpas y no los cobraron.

El empresario del local deberá tomar cartas en el asunto de la profesionalidad de la sala. La comida nada que objetar. Una pena !!!

Solo llevan dos meses de andadura y tendrán que tomar otro rumbo si no quieren fracasar en Navidad.