Restaurante de visita obligada para todos los amantes del vino.
Se trata de una tienda de delicatessen de hace unos veinticinco o treinta años que ahora se ha desplazado a una nueva ubicación (muy cerca) y que ha añadido un pequeño restaurante.
La comida se basa en los productos de la tienda, todos ellos exquisitos, siendo especialmente recomendables los quesos, la ensalada de ventresca y sobre todo las fabulosas ostras. Ya por la comida merecería mucho la pena la visita, pero la sorpresa llega al pedir la carta (libro) de vinos, en ese momento te das cuenta de que tienes a tu disposición todo el stock de una magnífica tienda de vinos con muchos años a sus espaldas y a precio de tienda (y de tienda en Andorra). La selección de vinos es fundamentalmente española y francesa, con una profundidad en burdeos y borgoña espectacular. Nosotros tomamos un riesling alsaciano de Trimbach de 1.998 y me llevé para casa un Lynch-Bages de 1.979 que tiene sus días contados.
La mejor carta de vinos