De venir a este restorán, situado al final de la calle Santa Anna, haciendo chaflán en la coqueta Plaza del Fórum, a rebosar de ambiente este viernes por la noche. Es muy pequeño el local, el fuerte es la terraza y allí reservamos, en el 2º turno de las 22 horas, el 1º es a las 20.30. Antes de sentarnos entramos en la bodega que tienen, bien surtida y donde puedes elegir el vino, aplicando al mismo un descorche de 3€ por botella. En un principio asusta un poco porque hay cantidad de botellas de muy alto precio, pero en seguida te das cuenta que hay variedad suficiente para elegir. Ésta es una opción casi inexistente en Tarragona, por lo que les felicito la iniciativa, siempre un placer para un aficionado al vino. En dicha bodega hay una mesa alta para 4 comensales, preferimos la terraza para disfrutar de una noche magnífica de julio.

Mesa sin mantel, menaje correcto, sillas un poco incómodas.

La carta es corta, con unos entrantes y unos pocos segundos, recomiendan con acierto y aconsejan compartir.

Tomamos una buena focaccia con un tomacó para untarla, una excelente conserva de lubina escabechada Doña Tomasa que presentan sobre un lecho de tomate y cebolla; unas deliciosas alcachofas confitadas y para acabar entrantes una rica y original tortilla abierta con rovellones, una manera original de hacer el plato.

Finalmente una entraña bien condimentada.

Postres igualmente escasos en variedad pero sabrosos y aparentes: una tartaleta de frambuesa, una Sacher y, dejo para el final, una pastelito con forma de manzana pequeña que talmente parece lo es pero no, dentro un relleno tipo tatin.

Los vinos bien servidos: un albariño Pazo Pondal y un Crôzes-Hermitage.

No llegó a 31€ por persona.

Una oferta interesante, con servicio amable, cocina sin florituras, buen producto y el extra de la selección del vino.