Es un excelente restaurante ubicado en un espacio que conserva grandes sabores.

Tuve la mala suerte de ir un día del mes de julio que hacían 37º y, aunque no es caluroso, no tienen un buen aire acondicionado(sí hay aire acondicionado pero, con esos grados, no era suficiente el que tenían y se notaba calor).

Aparte, el espacio tiene un encanto especial. Decoración y muebles de época lejana, muy agradable; las mesas muy bien vestidas, buenas copas y cubertería; buena atención y servicio.

Tienen un menú del día, con diferentes opciones, al estilo francés, que puedes coger un primero y postre, o primero y segundo o primero segundo y postre, u otros diferentes menús, o una carta muy atractiva y sugerente.

La carta es bastante amplia en la que tienen platos bastante interesantes y atractivos. No falta el foi gras, que incluso en veran está muy bueno.

Tienen una excelente, sugerente y completa carta de vinos en la que priman los de la zona y zonas cercanas.

También tienen hotel.