local típico y tradicional, que debe llevar medio siglo abierto en el barrio de la barceloneta.

el nombre le viene por una tapa consistente en una bola de patata cocida rellena con (poquísima) carne picada y bañada en mayonesa o salsa picante, parece una bomba, pequeña....en catalàn, bombeta. 

es un bar de tapas donde además de la nombrada tienen boquerón frito, calamares, sepia, tostadas varias, ...etc.

es un bar de éxito. de mucho éxito, de los que ganan dinero a manos/sacos llenas/os......

media docena de camareros, media docena de cocineros, dos señores mayores paseándose y "gestionando", sin parar, de 9-10 a 12 de la noche.

decoración viejuna, algún comentario simpático pintado en una pared, "no hay wifi, hablen entre ustedes", mucho logo con una tarjeta VISA tachada... aquí se viene con efectivo. 

mesas, sillas, copas, mantelería (de papel, individual), cubiertos, de bar de tapas sencillísimo y barato (bueno eso no, pero ya me entienden)

cocina non stop (y el clinc clinc de la caja registradora también non-stop)...

no aceptan reservas, no aceptan pagos con visa, y tratar de hacerse el "simpático" puede salir caro.

los dos "mayores" lucen, a parte de pintar canas, calvas, etc, un trato "especial".... 

mejor no ponerse "exigente" con la velocidad/disponbilidad/ubicación/distancia de la mesa de al lado... 

todo está apelmazado, apretado, y es fácil ver a 6 en mesa de cuatro, con dos acaparando casi todo el pasillo, recibiendo la constante "presión" del camarero de turno, que dinámico y veloz, galopa (navega??) en ese mar repleto de islotes de mesas....

los camareros son agradables y el trato es el que corresponde.

bar de tapas lleno y que sin ti, estimado cliente, seguirán viviendo como Dios....

las Bombetas están buenas, son simpáticas y por algo más de 2 euros la unidad, vale la pena probarlas.

el resto está cocinado como se cocina en bares de tapas como el descrito.

uno tiene la sensación de que la comida no está lo mal que está el local, y que en el fondo se come mejor de lo que parece que se come.... pero la presión ambiental da para lo que da y esa histeria en el servicio, la velocidad de todo...uno acaba impregnándose (del olor a fritanga ya no les hablo, es como el valor en la mili, se le supone!) de este malestar/bienestar...

no apetece mucho el café, ni los postres... 

en resumen, un local dinosaurio, de los últimos de la barceloneta, que ya ha visto caer varios meteoritos y sigue adelante, con un trote atribulado donde el suelo parece cada vez más cerca, pero lejano aún gracias a un equilibrismo inherente al hacer de siempre, como siempre y para siempre...... y de fondo se oye el tintinear de la caja registradora que no deja de sonar (metafóricamente)....

lo recomiendo por ser un fósil vivo de la barcelona canalla de los 60-70-80 (aunque creo que empezaron en el 80 y algo) de los, si ustedes quieren darle algo más de misticismo al asunto, Vázquez-Moltanban y compañía.... 

vayan, pidan la bombeta, tómense un vinito, una caña y sigan andando....prueba superada.