Restaurante Taberna Oly en Sevilla
Restaurante Taberna Oly
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Vino por copas:
Precio desde:
37,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
37 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
10.0
Opiniones de Taberna Oly
OPINIONES
1

Desplazamiento exprés hasta la capital hispalense con ocasión de un significativo evento deportivo. Nuestras previsiones se cumplieron y pisamos Sevilla alrededor de las 14.00 h. Nos interesaba dejar el coche y comer en la zona de los berenjenales, barrio en cuyas inmediaciones se encuentra el estadio Benito Villamarín. Atendiendo los consejos de Rafa Garrido, residente en la zona, nos dirigimos a la taberna Oly, un lugar donde, según me explica, se come sencillo, rico y bien de precio. Justo lo que buscamos.

El restaurante presenta una decoración tradicional con pavimento imitación barro, arcadas de ladrillo caravista y envigado de madera en el techo. Todo parece realmente nuevo y limpio. Buena impresión inicial. La carta se muestra en una gran pizarra y reúne un buen número de propuestas que nos resultan ciertamente atractivas. Platos concebidos para compartir, incluso los arroces, con un marcado acento andaluz. Nos dejamos llevar y tomamos:

- Jamón: perfectamente cortado y de calidad más que aceptable. Para abrir boca.

- Ensaladilla de gamba al ajillo: deliciosa. Las verduras muy desmenuzadas, cuasi imperceptibles en cuanto a textura bañadas en abundante mahonesa casera. No así, las colitas de la gamba, que se dejan prácticamente enteras. Ración muy generosa.

- Adobo: Elegante por su presentación (pedazos de pescado muy igualados entre ellos con un rebozado fino y esponjoso) y su sabor (con presencia acertada del vinagre y demás condimentos). Una delicia que no solemos disfrutar por mi zona.

- Revuelto de espárragos: Nuevamente una buena ración. Bien el punto del huevo. Sencillísimo, pero muy bueno.

- Arroz de presa ibérica: Descomunal el tamaño del plato y la cantidad de arroz. Rico en general, con buen punto aunque un poco subido de pimentón (cosa más o menos habitual en estas tierras, intuyo).

- Atún a la plancha: Filete excesivamente fino lo cual propicia que, por mucho que se intente lo contrario, siempre va a quedar cocinado un pelín en exceso, cosa que, personalmente, no me gusta pues se pierde el encanto de este pescado tanto en textura como en sabor. No estaba pasado, ni muchísimo menos, pero sí cocinado todo él, sin ese centro rosáceo del que tanto disfrutamos los amantes del atún.

- Postres variados: Salieron tres porciones de tarta: una de queso horneada, una de tres chocolates y una tercera que no recuerdo. Correctas.

Acompañamos la comida con varios “dobles” de cerveza y dos botellas de un albariño cuya referencia no recuerdo. No ojeé la carta de vinos, tampoco se nos ofreció, pero se intuye por lo que vi en las estanterías que se intenta ir un pelín más allá de las referencias más comunes y con mucho rodaje en la hostelería de este nivel.

El servicio es una de las grandes bazas de esta casa. Todas las personas que se acercaron a nuestra mesa, hasta tres distintas, y a los demás grupos que nos acompañaban se mostraron amables, simpáticas, eficientes e, incluso, bromistas guardando siempre esa distancia que cabe establecer entre personal y cliente. Bravo.

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