Es uno de esos sitios que no encuentras ni pasas delante ni por casualidad, y lejos del centro. Me llevó un lugareño.

No puedo decir la carta porque me invitaron, pero supongo que muy corta, puede que ni la tengan escrita.

La especialidad es la carne y el bacalao a la brasa.

Disponen de una amplia parrilla de brasa al fondo del comedor, donde se puede observar cómo lo preparan.

El local es cutre y no destaca por la limpieza (del local en sí) y hace décadas que pide una reforma. Ese dicen que es precisamente su encanto, no se va a disfrutar del diseño ni de las vistas, salvo la de la comida a la brasa.

Comimos a repartir:

Entrante:

• 1/2 ración de pulpo a feira. Rico, tierno y sabroso

Comida:

• Chuletón a la brasa: Poco hecho, como pedimos, de unos 800-1000 gramos. Guarnición de pimientos rojos de lata, olvidables.
• Patatas fritas: Vinieron sin pedirlas. No creo que sea su especialidad, creo que forman parte de la guarnición.
• Pimientos del Padrón, una ración: Buenos, auténticos, alguno picaba, pero no exageradamente.

Vino: Mi amigo pidió un Rioja crianza, no recuerdo cual era. Pedimos al final un par de copas de vino de la casa, Ribeiro tinto. Mejor de lo esperado.

Sin postres ni cafés, total: 29,40 € para los dos. Esperaba que fuera mucho más caro. Muy bien precio, muy barato.

Recomendación, allí se va a comer carne o bacalao a la brasa. Muy barato y buena calidad.

Mi amigo me dijo que si va un grupo y piden churrasco, vino de la casa y se olvidan del resto, comen bien y se hartan por 6 € por persona, me lo creo.