En una calle lujosa de la ciudad, con coches de más de 100.000€ aparcados en la acera, con la fachada de amarillo chillón y esquina a la calle Khlynovskiy donde se encuentra otro local interesante: Kvarlira 44, tenemos lo que equivaldría a un bar de barrio, donde solo se paga en rublos fisicos, sin tarjetas de crédito ni factura ni nada similar. Poca luz en su interior, mesas y sillas vetustas, mantelitos individuales, copas de propaganda cervecera y cubiertos para toda la cena.
La cocina es como si la sacaran de la casa de la abuela y los platos se colocan en la barra del bar a dond ete acercas, escoges el que te gusta y te lo llevas a la mesa.
Desde luego no verás sentados a nadie que no sea moscovita de varias generaciones y que debieron de ir a comer a este mismo sitio.
Lo que comimos entre los 5, pues de algunas cosas varias raciones y de otras solo probamos: tortillas, pollo empanado, verduras guisadas, pan preñado (con relleno), arroz, ternera guisada... más de 15 platos quedaron vacíos ante el asombro de los locales que no paraban de mirarnos y no nos hicieron fotos porque no llevaban cámaras.
Para beber cervezas de tiradores varios: bajitnka, warfteiner, henckoe, que cumplieron expectativas.
Abstenerse aquellos de miras estrechas, porque ni os sentaríais a la mesa. Es como ser invitado a comer en una casa rural rusa. No hay nada más autentico para conocer la Rusia antes de caer el muro.
Por cierto escrito en la puerta, leeriamos como ka&e phomoyhar, pero con el nombre del título me lo vendieron.
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