Restaurante de uno de los mejores y más famosos hoteles de la capital bilbaína, sitio clásico, elegante y no demasiado grande, exterior neoclasico, muy bonito.

Servicio muy profesional, atento, de la vieja escuela, que en esto es un plus.

Aperitivo de txangurro, arroz con bogavante para los dos, plato principal y único, buen punto de arroz, pelin sabroso.

Soufflé de Melocotón con su saballón de leche y frutos del bosque, en una cesta de pasta dulce, crema de melocotón, sobre una sopa de toffe, buenísima, muy dulce, tampoco me parece que el titulo de suflé sea el mas acertado, pero estaba muy rico.

Para beber una botella de Champagne Mumm, cafecito y todo ello, incluido un chupito de orujo, por 45,50 €, se me olvidaba también rico pan y buen aceite para untar.

Tienen menú del día por 29,60€, no tenia mala pinta, una experiencia lujosa, mas que gastronomica, que tampoco aporta ninguna novedad en ese sentido a lo que hay en la zona.