Comida para 3 con reserva a traves de El Tenedor del 40% consumiendo primero y segundo o segundo y postre. Y asi nos lo exigieron.
Agradable local. Pequeño y bien insonorizado. Por todas partes nos reciben los dibujos de dos cabezas de perro que son de uno de los cocineros (Raul Hornillos) y llamados Lua y Bora lo que resulta en Lúbora que es el.nombre del local.
Trato atento. Llegué pronto y vino en la barra.. 3 euros por una copa diminuta de Bicos .. el albariño de Makro con unas aceitunas. No estuvo bien.
En el comedor las cosas van mejor. Pedimos todo a compartir ciñendonos a la oferta de El Tenedor:

#steak tartar a las 3 mostazas con torta de maiz
Normalito. Demasiada mostaza
#tataki de atun rojo con frutos secos y ajos asados. Bien
#raya asada al azafran con pesto dd rucula. Bueno
#gyozas de fabada no asturiana. Lo mejor
# dados de ternera con un pure de calabaza. Bien
#leche con galletas. Insulso helado con galleta molida

Para beber 2 botellas de Pricum premieur a 22 euros. Carta de vinos poco corriente pero precios subidos.
Finalizamos con GT de Tanqueray y la unica tonica que tienen.. creo que de Santamania. Al menos eran baratos..a 6 euros.
Un sitio aceptable donde por 40 euros comes aceptable y con copa y buen vino. Eso si.. gracias a ese 40%

Poco tiempo desde su apertura y ya existen muchas opiniones positivas, que alaban la cocina y el servicio de sala de este lugar.

Situado en una zona donde existen varios lugares con oferta gastro bien valorada, incluso cerca de su ubicación, existen dos de los mas reconocidos por los disfrutones de la capital, uno de ellos "estrellado", con lo cual y en mi modesta opinión, su misión debe ser ofrecer una cocina, un servicio de sala y un nivel de precios que le permita abrirse un hueco dentro de la zona.

Para ello presenta unas instalaciones en general, agradables, - quizás un tanto escaso de iluminación-, distribuidas en dos zonas, con mesas desnudas, a lo moderno, con buena separación entre ellas, y con posavasos de cerámica donde depositar los cubiertos, evitando dejarlos directamente sobre la mesa desnuda. Buen detalle este, que no abunda en los establecimientos que presentan mesas de iguales características.

Servicio de sala, atento, amable, explica bien los platos, se interesa por la opinión de la clientela.

Carta de comercio, corta de base tradicional con toques de modernidad.

De parecidas características, la carta del bebercio (solo me he fijado en los blancos) pocas referencias, aunque se sale de las cartas mas clásicas, referencias poco conocidas y nada habituales, y entre ellas nos hemos decantado por un Baldor, una uva chardonnay, de Bodegas Castiblanque del Campo de Criptana (Ciudad Real), fermentado en barrica de roble francés, fresco en boca y con buena sensación de madera en nariz.

- Lentejas como aperitivo previo, para ir entonando el estomago.

- Ensaladilla rusa con ventresca y mojama. Un tanto decepcionante, apelmazada y con escasa aportación, a nivel de sabor, tanto de la ventresca como la mojama. No pasa a mi lista.

- Ceviche de gambón con sisho sobre pan crujiente de gambas. Interesante la presentación, sobre un pan crujiente de gambas, pero complicada de comer, como es lógico le falta consistencia, si no eres cuidadoso a la hora de morder, se puede desmoronar el conjunto. Bien de sabor.

- Fabada " no asturiana". Edaname, mousse de morcilla, gyozas rellenas del compango y un caldo de la propia fabada. Sin duda su plato de referencia, ampliamente reconocido por la clientela. Hermosas gyozas rellenas con el compango, edaname, que sustituye a las fabes aportando un sabor diferente ademas de originalidad y un caldo muy suave de la propia fabada. Plato muy bueno, repetible y muy recomendable.

- Atun rojo a la plancha, escabeche de verduras y pure de ajos. Buen nivel de las verduras escabechadas, básicamente zanahoria y cebolla, muy agradable en boca; buenos trozos de atún, por tamaño, calidad y sabor, pero con discrepancias a la hora de su braseado, para alguien mas purista, muy pasado de braseado.

- Taco de presa iberica con hummus y torta del casar. Al igual que en el caso del atún, ración generosa, tierna, jugosa y un muy buen sabor, buena combinación con el hummus, en cambio la elección de la torta del casar, por su potente sabor, le resta protagonismo cuando se combinan ambos.

- Leche con galletas. Ante todo, originalidad por su presentación. Postre simple pero efectivo. Una base de polvo de galleta, unas bolas de helado lácteo y un remate de tejas de caramelo. Correcto.

Cafe con hielo, sin petit fours, ponen punto final a la visita.