Sorpresa en la Patacona.

Por unos u otros motivos estoy cayendo yo últimamente por la zona en la que la Malvarrosa y la Patacona limitan entre sí. Y un día me tiro pa un lao y otro pa otro.

El primer día que me tiré p’al otro lao (Patacona) descubrí que tras 15 años en Valencia no conocía la Patacona. Hay que jo… O quizás estuve al principio cuando se “estaba haciendo”, no me gustó y la condené a… Chico, no sé, el caso es que ahora la miré con otros ojos, la paseé de arriba abajo y me interesó muchísimo. El rinconcito más próximo a la Malvarrosa, pero claramente separado de ella, tiene 5 ó 6 restaurantitos, un par de ellos muy atractivos, nada que ver con los del otro lado. Todo como más recogidito, más pueblecillo, menos playa de gran urbe… ¿Y si comemos aquí? La terraza más sugerente es sin duda la de La Más Bonita, así que fuimos a reservar y ¡mooooc! Completo. Pues nada oye, otro día. Pero hete aquí que mi mujer entró a traición en otro adyacente y me dijo que había reservado: Can Luca.

Su terraza es menos sugerente que la anteriormente citada, pero estaba llena. Vaya febrero playero que nos ha hecho en Valencia. Había reservado dentro, así que pa dentro. ¡Qué chuuulo! Modernote, fresco, informal, luminoso, todo nuevecito (llevan unos meses abiertos nada más). Muy chula la decoración, con puertecillas decapadas y restauradas como elemento conductor.

Tiene tres zonas bien diferenciadas: la terraza a la playa, el restaurante propiamente dicho y una terraza-patio interior al otro lado. Muy cuco todo, bien puesto.

La mesa, copas, vajilla, etc… todo sigue en esa línea de moderno e informal, fashion.

En cuanto a la carta es de base mediterránea, con protagonismo de los arroces y tal, pero con alguna referencia de actualidad.

Así que elegimos de aquí y allá, y de esta guisa quedó conformada la comanda:

• Pirámide de berenjenas sobre hummus y miel de caña
• Calamar de playa a la parrilla sobre lecho de patatas a lo pobre con verduritas frescas
• Can Luca’s mini kebabs
• Fideuá de pato con setas y foie

Muy a gustito comimos, la verdad. Bien las berenjenas con ese mestizaje cordobés-marroquí, fresco y de calidad el calamar de playa, molones los mini kebabs, y sustanciosa y sabrosa la fideuá de pato con setas y foie, una lástima que se les fuera la mano con el romero, inundaba todo, y a mí el exceso de romero… Si vuelvo, la pediré de nuevo pero les pediré que no le pongan romero, porque estaba buena, bien hecha, untuosa y sápida, pero ya te digo.

En la carta de vinos puedes encontrar cositas de entre sus 40 referencias. Podrían mejorar el apartado de cavas, que es lo que apetecía (también había champagnes, pero se iban de precio, curoso que tenían hasta Dom Perignon). Tres cavitas y ninguno de mi gusto… Tomamos al final un Beso de Rechenna para salir del paso.

Servicio joven y dispuesto, buen rollo entre ellos, sin mucha formación pero animosos de espíritu.

Una fresca alternativa a los masificados y tradicionales locales de la playa de siempre, otra cosa, otro puntillo…

Volveremos, con un machete para poder despejar la mesa de ramaje de romero ;-) pero volveremos.