Recientes dos visitas a este buen establecimiento de Laredo. Hemos estado al menos otra vez más pero ya hace tiempo y voy a contar estas dos últimas que recuerdo bastante bien.
La primera, una cena de sábado. Día frío, lluvioso pero aún así nos animamos Mila y un servidor con ganas de cenar un buen pescado.
Nos reciben como siempre, sonrisa por delante. La ocupación, flojita pero siendo octubre y la noche que hacía poco más se podía esperar.
Preguntamos por los pescados que hay fuera de carta con una buena remesa donde elegir pero nos detenemos en nuestro querido rodaballo. Habían pescado recientemente alguno salvaje y preguntamos si era salvaje o no. Aun siendo un rodaballo excelente, no es salvaje salvaje. Da igual, lo pedimos. Chapó por la sinceridad de la propietaria.
Acompañaríamos al rodaballo con un excelente ensalada. Generosa ración y buena de sabor.
El rodaballo era inmenso, así nos lo habían indicado y así lo comprobamos al ver semejante animal. Para nuestra suerte no nos lo sacan entero; aún así y con todo no pudimos acabarlo. Las patatas que lo acompañaban muy ricas!
Sin sitio para el postre, finiquitamos la cena con unos café. Bebimos un verdejo muy fresco que acompaño bastante bien la cena!
La segunda ocasión.
En esta, vamos acompañados por la pequeña fiera que tiene bien claro que comer; huevos con patatas y chorizo.
De nuevo, comenzamos con una ensalada con bonito. De nuevo y como la anterior muy rica!
El plato de huevos, con patatas y chorizo estaba estupendo. El chorizo doy fe que es bueno bueno, lo hacen ellos. Cuando hagan la matanza, han quedado en avisarnos para ir a comer unos ricos torresnos de esos que saben a manjar de dioses y se deshacen lentamente en la boca!
En nuestra anterior visita le dimos caña al rodaballo, esta vez nos decantamos por unos estupendos lenguados que hacía mucho tiempo no comíamos. Excelente producto.
Sin hueco de nuevo para los postres, o eso creo recordar. Decir que los postres son de casa.
Regamos la comida con agua, kas de naranja y coca cola. La finiquitamos con uno estupendos café!
Ya tiene tiempo la crónica a relatar hoy, pero la tengo pendiente!
Lunes de Noviembre. Días atrás Mila había comentado que tenía ganas de comer huevos fritos y patatas. Aprovechando que debíamos hacer unas cosillas por Laredo recuerda este establecimiento y nos dirigimos allí a comer.
Sitio tradicional de la Puebla vieja. El menú pinta espectacular, pero tras percatarnos de huevos y patatas lo teníamos bastante claro.
Mila, huevos fritos con patatas. Un servidor, lo mismo pero con una buena porción de chorizo frito casero! Los huevos, buenos; las patatas rebuenas; el chorizos, de otro mundo!
Culminamos con queso con membrillo por parte de Mila y tarta de queso, bastante buena, para mí.
Bebimos agua y coca cola. Dos cafés culminaron una buena, rica y saludable comida. Mención al pan, de calidad.
Estuve fijándome en los platós de menú, 12€, que salían por la sala. Decir que tenía todo muy buena pinta.
Sitio recomendable para comer!