Un local más grande de lo que aparenta, con sensación de cocina de casa italiana de toda la vida, de hecho se va a menú de la casa. Lleno a reventar, afortunadamente nos colocan en un pequeño apartado de la casa para los doce que vamos a cenar.
Servico como si comieras en casa de tu familia italiana, amable, cortés, cercano, pudiendo repetir de todos los platos...Hasta el agua mineral con gas no es S.Pellegrino como ocurre en todos los sitios, aquí es Vevissima tanto con como sin gas.

Entramos con un prosecco de aperitivo Astoria Galie de Treviso, unos platos con bolitas de queso sabroso (nada de tranchettes), melanzaba (berenjena) a la parmesana (vasito de crema tibia), tosta con paté y tosta con sobrasada; buen pan, buen aceite bio Valpesa; fiambres que se van reponiendo conforme se acaban, con prosciuto, jamón de San Danielle, mortadella, salami.. todos más sabrosos de lo que aparentan y acostumbran por España.

De principal y con el vino que él elige, un más que flojo y joven Rùbico 2014 Lacrima di morro d´Alba, viene la pasta.
. Paquero que viene a ser como un gran macarrón, nos dice que es propia de Nápoles: muy buen punto de la pasta, al dente, sabrosa con buen adobo.
. risotto con radiccio que es como una col lombarda y otras verduras de Verona.

Aquí aparece un vino algo mejor, Rosso Mattone de Montefalco 2012 Dos Uvas de Peruggia, que se quedó algo corto ante el carro de quesos donde habrían más de 40 quesos para comer al corte de los que quisieras y lo que quisieras. Cremosos, curados, de cabra, azules... Una locura. No recuerdo los nombres que nos dijeron, todos buenos, algo secos por el contacto con el aire, pero ninguno falto de sabor.

Acabamos con sorbete de manzana y limoncino della divina costiera y algún café.
Desconozco precio, pues fui invitado.