Hay muchos pueblos o ciudades españolas con un paseo marítimo y al menos yo, cuando veo esos lugares de hostelería tan típicos, unos seguidos de otros, no suelo prestar ninguna atención a los mismos, pues la idea que tengo preconcebida entre otras, es que son para turistas.

Pues bien, con motivo de la vista al restaurante El Campero en Barbate para hacer un homenaje al atún rojo, por una serie de circunstancias sin importancia ahora, nos paramos la familia en unos de estos lugares del paseo marítimo, llamado El Boquerón.

No acomodamos en una mesa de la esquina y ante la amabilidad y profesionalidad del que entiendo que es el responsable por una parte, luego porque el local era de los que más clientes tenían, después por lo que de comer veíamos ir a venir y tenía muy buena pinta, nos animamos a entonar el estomago antes del homenaje al atún rojo.

Para empezar, bien se ponían las cosas, posiblemente el responsable nos vio acalorados y nos ofreció una cerveza doble sobre una jarra helada(o nos vio fáciles), da igual, estaban bien buenas.
Y para picar algo, pedimos lo de toda la vida en la zona(o al menos lo que a nosotros nos parece de toda la vida): boquerones fritos (7.50 euros) y chocos fritos (8.50 euros).

Raciones generosas y gran calidad, los boquerones de esos que se comen enteros, eran de los que invita cada uno a comer el siguiente y los chocos, muy buenos y lo decimos los que tenemos las famosas rabas.

¡Ojo¡, que ya habíamos quitado el “sincio” del pescado frito, pues era el 4º día en la zona.

Con el descrito con 4 jarras de las referidas, una cola y un agua, la cuenta ascendió a 32 euros,

Salimos encantados, e incluso alguien dijo: “si no hubiésemos reservado en los del atún rojo hubiésemos comida aquí fenomenalmente en plan informal”. Estoy convencido.

¡Ojala¡ en cada paseo marítimo de nuestra costa tuviese yo un local asi de referencia.

Parodiando al amigo Aurelio ”el local nos llamó”.