Restaurante da Pietro en Alghero (Cerdeña)
Restaurante da Pietro
País:
Italia
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
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Comida COMIDA
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Precio medio entorno ENTORNO
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RCP CALIDAD-PRECIO
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Opiniones de da Pietro
OPINIONES
1

Este año tampoco perdonamos la visita a Alghero, en esta ocasión para pillar desde ahí el barco que te lleva a la espectacular Gruta de Neptuno.

A la vuelta, entre los vaivenes del barco, intentamos reservar en alguno de los restaurantes que teníamos “fichados” pero no pudimos. Así que dimos un paseíto por el casco antiguo y en una de las callecillas medievales que lo rallan encontramos este Ristorante da Pietro, el único que estaba abierto (eran las 15.00 h y, amigo, aquí a esas horas…)

La pequeña terracita estaba llena así que pasamos para adentro, una diáfana sala con techo tubular abovedado de piedra, con cierto sabor pero no mucha gracia y mira que tienen mimbres para hacer un bonito canasto, porque es un edificio con solera.

Pero no se estaba mal, qué va. Y todo el comedor para nosotros. Mesas correctamente equipadas. Las copas que venían de serie eran malas pero pedimos unas “bicchieri piu longas per favore”, “prego!” contestaron… y la cosa mejoró ostensiblemente.

Carta repleta de referencias sardas y marineras (“specialitá di pesce & piatti tipici local” pone en su tarjeta de visita).

Pedimos un primero al centro y un segundo individual. Así quedó en mi caso:

Fantasía di Antipasti.
Linguine de scampi, limone e botarga.

Los antipasti, algo que hay que pedir siempre en Cerdeña, pero "di mare", fueron en esta ocasión buenos y abundantes. Una larga sucesión de platillos, no recuerdo todos (ahumados, salazones, marinados, cocidos…) entre los que destacó uno brutal, un platillo de pescado en rodajillas con el espinazo en el centro que me recordó por la forma a la anguila, aunque no por su sabor ni por su textura: gatuccio, una especie de tiburón gato alargado muy apreciado aquí, que iba cocinado con una salsa hiper sápida de pomodorini, pero… pomodorini secos, de ahí el secreto de su potencia. Al principio pensamos que era anguila con su marcado sabor camuflado por la fuerza de la citada salsa, pero enseguida nos dimos cuenta de que no, que era otra cosa y muy fina, carne blanca, agradable textura y sabor contenido. Gatuccio. No lo olvidaré. Más que por el gatuccio por la salsa de tomates secos.

De segundo, lo que para ellos es un primero: pasta. En mi caso los citados linguine que estaban muy ricos, ciertamente, pero dejaron de estarlo cuando mi cuñado me dio de probar de su plato, se había pedido unos linguine nero di seppia que no podían estar más sabrosos, tanto que oscurecieron totalmente el brillo de los míos. A partir de ahí no dejé de mirar de reojo con envidia manifiesta como disfrutaba el ca… de mi cuñao (cuando pagó la cuenta, dejé de odiarle pero hasta ese momento le hubiera asesinado tan solo por comerme sus linguine).

Tenían una cartita interesante de vinos, con especial atención a la D.O. Vermentino di Sardegna, que es a la que pertenece Alghero. Pedimos un par de botellitas de Blu 2013, vermentino y de Alghero. Mal el tema del frío, no tenían ghiaccio (¿qué pasa en Cerdeña que nunca tienen hielo, joé?) y nos sacaron un engendro entre bufanda y cubitera que… en fin.

Servicio normalito.

Bueno, pues una grata experiencia, pero no para repetir. A ver si un año de estos consigo ir a Al Tuguri, me llama, el nombre, el cocinero, las referencias… ¡pero no hay manera!

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