Después de haber visitado varios chiringuitos por la zona, nos decidimos por cenar en este y compartir nuestra buena experiencia con verema. Se trata del típico chiringuito a pie de playa con una buena oferta de frituras, pescados e incluso de carnes preparadas en barbacoa.

Nosotros nos decidimos por comer en la terraza exterior, prácticamente sobre la arena, para evitar la escasa climatización del comedor. Además, teníamos claro que veníamos a comer espetos de sardinas y frituras de pescado. Todo un acierto dada la agradable brisa a pie de playa y la buena materia prima, al menos esa noche.

Servicio ágil y sobre todo muy atento por parte de la camarera que nos tocó. Sin duda, su sonrisa y constante atención contribuyen a la mejora del apartado entorno.

Como detalle de la casa, un pincho con una especie de paté de cabracho bien conseguido sobre una rebanadita de pan.

Cena para tres personas:

- Gambas a la plancha (200gr): Nos dieron a elegir entre gambas rojas y blancas, pero la camarera nos aconsejó las segundas, dado que las primeras eran más bien gambones. Excelente ración de gambas blancas de Huelva, perfectamente asadas. No sé, lo mismo eran italianas, pero hacía algún tiempo que nos las comíamos de ese tamaño y tan frescas (90€ / kilo).

- Ración de boquerones: Esa noche, abundante ración de boqueroncitos tipo malagueños muy frescos y magistralmente fritos.

- 2 espetos de sardinas: No era la primera vez que las comíamos allí, pero es que además de la frescura habitual, a esa noche se le sumó un tamaño poco habitual en la zona. Seis magníficas sardinas por espeto. Nos gusta mucho este tópico culinario tan turístico de la zona.

- Ración de chopitos: Aquí llegó la agradable sorpresa de la noche. En Madrid, siempre identificamos los chopitos con una fritura de pulpitos o de puntillitas, pero aquí presentaron media docena de sepias pequeñas (popularmente choquitos) sin limpiar (con su jibia e incluso su tinta) y a la plancha con un poquito de aceite, perejil y ajo picadito. Una maravilla.

Este chiringuito tiene fama por sus helados caseros a partir de frutas de la zona (chirimoya y mangos), pero desgraciadamente ya no les quedaba ninguno. Así es que nos decidimos por:

- Brownie de chocolate: Postre casero bien preparado, acompañado de un helado que ya no recordamos.

- Tarta de queso: Casera pero muy mala, sin sabor y con textura semidura.

Invitaron a unos chupitos en la sobremesa.

En cuanto a los vinos, no tienen lógicamente una buena oferta, aunque curiosamente entre los tintos tenían cosas interesantes de la Ribera del Duero y de la Rioja, no así con los comerciales blancos (y dale con los rueda). Nosotros nos decidimos por un muy agradable moscatel seco granadino con crianza sobre sus lías: Calvente Guindalera 2013 (18€ IVA incluido). Servido correctamente de temperatura pero con copas que dejaron algo que desear. En cualquier caso, puntúo este apartado como correcto teniendo en cuenta que es un chiringuito de playa.

Precio total: 84.30€ (inc. IVA,un refresco a 1.80€, una botella de agua de 1.5 litros a 2.50€ y la botella de vino).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría compartir en este local unas raciones entre tres personas con IVA y servicio incluidos y sin bebidas.