Mucho tiempo llevaba yo con ganas de comer en un restaurante alemán. De uno u otro modo ya he probado todos los platos degustados en algunos restaurantes que los ofrecen en sus cartas pero nunca había comido un menú completo. No es que sea muy de mi gusto, demasiada contundencia y sabores un tanto no muy de mi gusto.
En la calle, un cartel indica que tienen un menú del día con platos más tradicionales de nuestra comida pero una vez en la mesa, un cartel nos indica que disponen de tres tipos de menú con productos alemanes en sí. Y si esto es un restaurante alemán pues me parece lógico comer algo distinto a lo habitual.
Como siempre, “deformación” que uno tiene ya asumida, nos decantamos por el más largo y copioso de los tres.
El local es amplio, con una barra de bar y las mesas al fondo. De buen tamaño y correcto todo lo demás, sin florituras. El servicio del vino lo puntúo porque he visto como lo hacen en otras mesas cercanas y claramente es un servicio correcto, sin más.
Todos los platos son para compartir, servidos al centro. Comenzamos con una ensalada de carne. Con mucha cantidad de esa carne que no deja de ser otra cosa que jamón cocido. Desde luego que es una ensalada para quedarte sin ganas de más, de buen tamaño y la verdad es que no está nada mal de sabor. Aunque en la fotografía no se aprecie bien, bajo la lechuga hay muchísima cantidad de la susodicha carne.
Pasamos a las salchicas Bratwurst, una pieza por cabeza y que lleva como acompañantes un puré de patata, correcto, sin más. Se nota que no es casero. Además y como no puede ser de otro modo, las acompaña también el correspondiente Chucrut.En la foto puede verse mejor. No soy amigo de este producto pero no está nada mal. No sé yo si los alemanes son grandes y por eso comen así o es que son grandes porque comen así.
Acompaña a este plato una selección de mostazas. Tampoco es algo que me tenga demasiado enamorado pero pruebo una pizca de las 3. Pues eso, mostaza.
Como plato principal el codillo asado, prácticamente con el mismo acompañamiento que las salchichas pero esta vez, en sustitución del puré de patatas, tenemos una patata cocida con su piel. La carne estaba muy rica de sabor pero a mi me resulta excesivamente seca y excesivamente abundante. (Ver foto)
Este menú, que para los alemanes, dado su tamaño, puede resultar incluso “ligero”, resulta demasiado calorífico y más para un día festivo en el que uno no ha gastado caloría alguna. Ya sé que alguno dirá que tampoco las gasto en días laborables. Mejor adelantar comentarios.
De postre nos ofrecen varias cosas, ninguna de ellas “muy alemana” y tan sólo pedimos una tarta de manzana para compartir.(Foto)
“Curiosa tarta de manzana” más que nada porque es de arroz pero lleva una cobertura de manzana y su mermelada. La tarta en sí es la típica tarta de arroz. No nos importa, está rica y eso es lo que cuenta.
Para beber en el menú se incluyen dos pintas de Paulaner. No sería muy lógico pedir otra cosa aquí. Además creo que la cerveza acompaña estupendamente a semejante menú.
Un correcto café y una vez el capricho resuelto, a otra cosa, mariposa. No es mi estilo de comida pero si os gusta la propuesta, creo que merece la pena el sitio.