L'Alliance des Plaisirs, situado en pleno centro histórico de Montpellier, en el barrio de Saint Roch, es un pequeño restaurante con una capacidad para unos 20 comensales, longitudinal, con paredes de piedra y con la cocina a la vista ubicada al fondo de la sala. Las mesas, dada la pequeña capacidad del local están correctamente separadas, no tienen manteles pero si buenas servilletas, las copas son correctas.
Al frente de los fogones está el joven chef Vincent Valat que ha hecho toda su carrera profesional desde el año 2000 hasta la inauguración de su restaurante en el 2011, dentro del grupo de restauración de los estrellados hermanos Pourcel . Al frente de la sala está su compañera Audrey Ginestet, también formada en el mismo grupo, que presenta y sirve los platos y aconseja sobre los vinos, que en su mayoría son regionales. El servicio del vino se limita al descorche, degustación y primer llenado de copas (lo que no me molesta en absoluto)

Fuimos a cenar tras haber reservado (totalmente imprescindible) el sábado por la noche. Solo sirven 2 menús gastronómicos, o mejor 2 declinaciones del mismo, uno de 4 platos (42 €) y otro de 5 (49 €). El menú cambia prácticamente todos los dias, en función de los productos del mercado. Nosotros optamos por probar el menú más completo.

Empezamos con los aperitivos :

- Velouté de coliflor con emulsión de tomillo
- Muffin de sobrasada
- Croquant de parmesano

Muy bien logrados.

De primero tomamos : Pieds de Mouton (Hydnum repandum o lengua de vaca), gambas, tacos de foie gras a la sal, y bisque Excelente, tanto MC como yo hubiéramos repetido .

Seguimos con Bacalao fresco asado sobre un lecho de sobrasada y topinambur acompañado de puerro silvestre, vinagreta de piñones y manzana granny, emulsión de limón, y puré de topinambur con jugo de carne Muy bueno, buen contraste de sabores.

Continuamos con Carrilleras de cerdo de Cevennes marinadas al vino tinto con emulsión de tomillo, chalota braseada y patatas vitelottes con salsa a base de cacao También muy logrado, un discreto y bueno sucré/salé.

Proseguimos con un surtido de quesos madurados : Comté, Chêvre cendré, Vaca madurado al licor de nueces, y una pizca de confitura de frambuesa Todo excelente , el único problema es que las porciones eran ridículas...

De postre nos sirvieron un Entremet a base de almendras, peras, mousse de queso, de chocolate y crème caramel No estuvo mal,buena presentación, pero no nos sorprendió.

Finalizamos con 2 buenos cafés y mignardises Financiero a la vainilla de Bourbon, Bugnes (especie de buñuelo regional) a la fleur d'oranger y bastoncillos de merengue Muy buenos

Regamos la cena con un blanco Mas Brruguière - Les Muriers 2012- AOC Coteaux du Languedoc (80% Roussanne y 20% Marsanne) Vino equilibrado, fresco en boca con una buena persistencia, no estaba mal pero no vale lo que pagamos (31 €) y era el blanco más barato de la carta... En Francia el precio de los vinos es totalmente disparatado... Tomamos también una garrafa de agua del grifo (gratis). El pan, cortado en rebanadas, con que acompañamos la cena sin ser extraordinario, no estaba mal.

Pagamos pues 66,50 €/persona. RCP buena (teniendo en cuenta el precio de los vinos en mi país). Restaurante recomendable, buen producto y buena cocina creativa de mercado .
Dado que solo hay un cocinero, el chef, que cocina a medida que se piden los menús, es aconsejable llegar a la apertura ( entre 19h30 y 20 h) para no tener que esperar luego mucho entre plato y plato. Nosotros llegamos a las 20h y finalizamos casi las 23 h. Pienso que el Chef debería contratar a un ayudante en cocina. Seguramente, volveremos ...