Restaurante Las raíces en Zaragoza
Restaurante Las raíces
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
41,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
41 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Las raíces
OPINIONES
1

Comida de amigos sabatina. Y, como a veces ocurre, dice alguno de ellos ¿Vamos a uno nuevo que han abierto hace 15 días y que me han dicho que está bien? Examen previo de las instalaciones vía internet y carta y coincidencia: vamos para allá.

Localización y entorno: Centro de Zaragoza, Coso Bajo, óptimo para quienes, siendo de fuera, tengan su hotel cercano al Pilar/Plaza España (10 minutos andando). Se encuentra en el local/dependencia que ocupaba el antiguo restaurante Windsor.

En cuanto al entorno exterior, poco que destacar, salvo el magnífico edificio rehabilitado que se encuentra justo enfrente del hotel. El entorno interior es agradable. Nada de barroquismos, ni formalidades, pero sin ser una cosa desenfadada. Acogedor. Suelo nuevo de parquet. Alguna Madera. Cristales de espejos. Lámparas de techos con toques vintage. El local ha sido objeto de reforma, con lo cual la limpieza salta a la vista.

Existe una barra a la izquierda, situándose a la derecha, con buena separación, las mesas del comedor. La barra parece bien surtida. De hecho tomamos los primeros vinos/cervezas allí, acompañado de una buenas “gildas” y alguna croqueta de buen sabor. En la parte superior se indican las tapas y los vinos existentes con los precios respectivos. Un guiño a los vinos se aprecia en la acumulación, en la parte superior, de cajas de vinos de las más prestigiosas marcas patrias que, lamentablemente, no figuran después en la carta de vinos.

Mesas cuadradas de tamaño aceptable y sillas de madera bastante cómodas sillas cómodas. Capacidad para unas 80 pax, con una buena separación de mesas. Manteles de color marrón-sepia aceptables, debiendo destacarse que la mesa en la que nos sentamos carecía de él. Vajilla blanca correcta, sin exagerar el tema del diseño (platos de tamaño estándar). Cubertería aceptable, llamando la atención la forma de los cuchillos, muy curioso, tipo navaja albaceteña abierta. Coperío asimismo aceptable.

Servicio y servicio del vino: Adviértase que en el restaurante sólo estábamos nosotros (6 pax) y 4 pax más, con lo cual la opinión, en este punto, debe relativizarse hasta posterior prueba en otras condiciones Buena atención al cliente -algunas conversaciones con la maître, acerca de los platos-. Personal agradable y atento. Profesionalidad. Buen servicio y buena cadencia en los platos. En cuanto al vino, nos sirvieron un par de veces. Todo correcto en este aspecto.

En cuanto a la carta de vinos, muy limitada. El restaurante está arrancando y es, quizá, comprensible que haya una cierta contención en este punto. Pero aún así. De hecho le pregunté a la maître por qué no disponían de algunos de los vinos correspondientes a las cajas que adornaban el local (nietas, artadis, remirez ganuza). Respuesta: sí, mi socio dispuso de ellos en su otro restaurante, pero ahora ya no los tiene. En resumen: 6 referencias de blanco, 2 rosados, 4 cavas, 4 champagnes. Tintos: 4 aragoneses, 6 riojas (el top: prado enea -40 E.-) y 6 riberas (con el alión -60 E- como vino de mayor nivel). Como habíamos con un 7ª avenida de Rioja (9,50 E.), y nos pareció aceptable, pues con el seguimos. Servido a correcta temperatura.

Comida: El restaurante dispone de dos menús. Degustación (8 platos/40 euros) y Tierra y Mar (6 platos/30euros). Junto a ello una carta variada, 12 entrantes, 8 pescados y 8 carnes, a lo que se añaden 6 postres. Buen género, teniendo como especialidad el chuletón. Optamos por carta, con varios entrantes -todos presentados en raciones individuales no excesivamente grandes- y, cómo no, cerrar con el chuletón.

Aperitivo de la casa: Chips de yuca y calabaza. Original presentación y buen sabor. Sin escasear. Bien sin más.

Primero entrante: Cebolleta confitada al vino blanco del somontano (y con un dedito de aceto de modena). Jo-er, qué sorpresa. Riquísima, dulcecita, tierna hasta decir basta. Me hubiera comido 10 más. Muy rica

Segundo entrante: Cardo con salsa almendras y cardo en tempura. Regular lo segundo, muy bueno lo primero, perfectamente cocido y bien ligada la salsa, de muy buen sabor.

Tercero entrante: Alcachofa en tres texturas. Presentado en un plato alargado: chupito de crema de alcachofa -un tanto “natosa”, lo que hacía que se comiera el sabor de aquélla-; alcachofa frita -aceptable-; y alcachofa guisada con velouté, muy buena, sin duda, lo mejor del plato.

Cuarto y último entrante: Judías pochas. Con presentación en una coqueta cazuelita, que se estropeaba un tanto por el hecho de que la imprescindible guindilla que debe acompañar a este plato se presentaba, a su vez, sobre una hoja de lechuga (¡?). Da lo mismo, estaban de cine. Mira que soy de picantitos, pues el solo punto de gracia que de por sí llevaban las judías excusaba la necesidad de la guindilla. Ligadas con un punto de tomate. Bien, muy bien.

Y llego el chuletón: una magnífica pieza, previamente pesada a la vista de los comensales. A mi juicio, falta de un pelín de cocción (y mira que soy de los de carne tirando a cruda). No hubo problema, pues, al presentarla fileteada, se pasó un poquito más y punto final (aunque carecen de “piedras” para que lo haga el propio comensal). Buena calidad y buen sabor. Tierna. Acompañando el plato unos pimientos asados bien confeccionados. La carne poco salada, dejándose al consumidor la sal -en escamas- para que cada uno le punga el punto que considere adecuado.

Un único tipo de pan, pre cortado en generosas rebanadas. Aceptable.

En cuanto a los postres: pedimos varios. Algunos la torrija reconvertida.. conservando las esencias tradicionales del plato, pero dándole un cierto toque de modernidad (toques de mermelada). No acabó de convencer. Otros optaron por la tarta de queso, presentada de forma muy original, en forma de rulo y con buen sabor …. Esto gustó al personal, ¿pero su mejor acompañamiento era esa bola de helado de limón?; y dos sorbetes, el mío, de mojito -excesivamente dulce, a mi entender- y el de mi mujer, de tomillo, extraordinario.

El precio?: 41 euros/pax., lo que incluye la comida antes descritas, tres botellas de vino, los vinos y cervezas previas, así como las gildas y croquetas previamente degustadas. A los cafés fuimos invitados por cortesía del restaurante

Un sitio -creo- a seguir. ¿Puede mejorar?; sin duda. Pero es un comienzo esperanzador. A limar detalles y a seguir. Y dentro de cuatro o cinco meses les vuelvo a contar.

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