En nuestro último día en Bolonia y después de comidas más o menos contundentes, salsas ragús, gnochhis, taglionis, tagliatelles, buscábamos tomar algo de pescado. Lilia, nuestra amable guía gastronómica del hotel ya nos lo había recomendado así que después de inspeccionarlo varias veces (siempre lleno con ausencia de turistas) nos decidimos.

Está ubicado en una calle con varios locales entre ellos la Cantina Bentivoglio donde además de comer, cenar, tapear o tomar una copa hay Jazz en directo y es uno de los escenarios del Festival que se celebraba a finales de mes. Una pena no coincidir.

Nos ubican en la única mesa libre en la terraza y echamos un vistazo a la carta y los platos del día. Tiene un chef de Napoles y en la carta predomina el pescado cocinado a la manera napolitana. No quería arriesgar así que al final pedimos platos sencillos:

.Mejillones al vapor: Buen producto con un"caldito"ligeramente picante. Más cercanos a la clochina valenciana que al mejillón gallego. (7e)

. Spaguetti alle Vongole: Clásico plato italiano, bien hecho y con abundancia de almejas. (9e)

. Risotto Frutti di Mare Otro clásico con buen punto del arroz y bastantes tropezones. (10e)

No nos apetecía demasiado un postre contundente así que vimos como la mesa de al lado pedía un "sorbetino" de café que tenía buena pinta. Es un estilo el Nescafe frappe que tienen ahora en los bares. Me pareció que era casero. Menos dulce y más fuerte. Invitaba a pedir más sino fuera por el precio: 5e cada uno.

Tomamos además una botella de agua (2e), una botella pequeña de vino blanco Falanghina Feudi di San Gregorio 2012 resultón (9e). Aquí fue donde más nos cobraron por el dichoso Coperto (6e) con lo cual la cuenta final se fue a 53e. Precio demasiado elevado para lo comido y bebido aunque todo estuviera bueno y el producto fuera de calidad. Para colmo al irnos vi que había un menú por 15e sin bebida. Turista¡¡¡¡

Servicio rápido,amable y extrovertido. Los Boloñeses son más serios.
Recomendable para tomar pescado pero vigilando los "periféricos" que diría el amigo Alfonso Malke-Ghadus.