Casa com mais de 16 anos, toda em pedra, decorada pelo arquitecto Celestino Machado. É muito procurada pelos pratos tradicionais que sugere, bem como pelo marisco. ASÍ REZA EN SU FICHA TÉCNICA. Es un local muy sencillo y en nuestra visita cierta desolación ambiental ya que únicamente lo ocupábamos dos mesas. El dueño intentó en todo momento ser complaciente. Para beber media garrafa de vino de la casa (3,25 €) algo falto de frío, pero trasegable, y una botella sin gas (1,50). Las taciones no son muy abundantes (al menos de los entrantes) y de unos buenos pimientos de padrón tuvimos que repetir (éramos únicamente dos) a 2,50 cada una. Unos "bolinhos de bacalhau" que nosotros conocemos por buñuelos de bacalao, y que a mi mujer le gustaron (yo no soy amante del pescado estrella portugués) a 3,20 por cuatro bolinhos. Las almejas a Galinha, en realidad un guiso de almejas con alubias rojas pequeñas, plato recomendado y realmente recomendable, y bien de cantidad. 12,50 € tuvieron la culpa. Pulpo en vinagreta, correcto y escaso 5,50 €. De platos fuertes Sardinas asadas (nada especiales) poe 7,50 € las cinco y rodaballo al horno, en su punto 12,50 €. De postre un rollo de naranja, recomendado, ma non troppo (3,00 €) y un café (1,25 €). Quizás habría sido más interesante recabar en alguno de los muchos garitos próximos, frente al mercado de pescado, con terraza a la calle con parrillas para hacer el pescado a la brasa, pero para lo que habríamos necesitado de alguna "recomendación" entre los muchos que había.