Recomendación de persona italiana nos hace dirigir nuestros pasos un poco más allá de la zona del canal siempre animado para la cena; el barrio es un poco más periférico de lo esperado. El local tipo antiguo regentado por matrimonio con ella en cocina y el en sala y que estaban desbordados porque el local estaba lleno a rebosar con tres grupos grandes y mesas de parejas italianas, incluso hubo que habilitar nuestra mesa de forma extraña ya que fuimos los últimos en llegar. No iba el aire acondicionado y fué un suplicio de calor a pesar de ventiladores, puerta abierta... Copas bien, cambio de cubiertos bien pero no hubo cambio de copa al cambiar de vino salvo la copa de catarlo ¿demasiadas copas para fregar?.
Carta de comidas con bastantes opciones y de vinos no muy caros y con bastantes opciones. Al final optamos por sus recomendaciones tanto en comida como bebida. Un pan aceptable y un buen aceite Apulio amenizaron una espera más larga de lo deseada.

Unas cervezas Moretti de dos variedades en botellas de medio litro, porque las frias se acababan y con el calor del local perdí la cuenta de cuantas llevabamos pero cerca de 5 litros seguro; agua Surgiva sin gas y también frizzante que tambien fueron varias botellas. En vinos empezamos con un potente (y caliente) Sagana Nero d´avola 2010 que se enfrió con camisa pero demasiado tarde y se sirvió en grandes copas de balon, casi más propias de gin tonics; seguimos luego con otro tinto esta vez de cabernet-merlot que ya habiamos pedido enfriar algo y que resultó mejor de tomar. Lamentablemente se sirvió en las copas de balon del anterior vino.

En comida dejamos a su elección y fueron todos al centro en buenas raciones, aunque se quedó un poco corto para los 7 comensales: croquetas de bacalao y pesto normales; raviolis rellenos bien y paté sobre pan tostado muy básico. Plato a compartir de carpaccio de ternera con parmesano bien y entrecotte fileteado a la plancha muy bueno con escasas erduras a la plancha por encima, y en su punto de plancha pero con un poco de exceso de sal. En mesas vecinas vimos servir un steack tartar muy interesante.

Postres 4 panacottas muy buenas aunque con demasiado dulce de leche por encima. Variado de postres para los otros tres que incluyeron chocolate con guindilla (poderosa) y otros chocolates y tartas caseras bastante acertados. Acompañamos con un moscato de Sicilia y alguna grapa.

No fue un buen dia para el cliente: mucha gente, servicio lento (más bien desbordado), no funcionaba el aire acondicionado y se hizo duro. No acertamos en dar a elegir, porque comimos lo más fácil y rápido (y poco variado). Mal el no cambiar las copas de vino con el segundo vino.... pero sin embargo la carta de platos y vinos no era cara, la comida estaba bastante bien, los postres muy bien, las opciones de vino interesantes, el local tipo familiar italiano.
No lo descartaría.
Imprescindible taxi de regreso porque el metro acaba antes de las 12 de la noche y la zona no es cómoda. Unos 16€ al centro.