Me defraudó la anunciada cata de Alma de Carraovejas, que con once copas para catar once vinos y que por supuesto se llenaron, no fue una cata al uso sino que fue una disertación de dos horas de lo que ellos llaman proyectos que es un término que queda muy bien para definir la compra de bodegas de varias D.O., la creación de una fundación y una importadora y distribuidora de vinos del mundo.
En cuanto la cena en La Marítima del Veles e Vents espectacular local y edificio, muy amena la compañia en la mesa que nos ubicaron, buen menú bien estructurado y bien presentado a cargo del chef Fran Espí del restaurante La Sucursal aunque las raciones fueron homeopáticas.
Un saludo