Admiro mucho a Alberto y valoro su esfuerzo y la calidad de sus vinos. Vinos elegantes, frescos, vívidos, con personalidad, huyendo del mimetismo, interpretando variedades y terruño. He tenido la suerte de haber catado, ya hace algunos años, sus vinos Sentencia, y mi admiración ha ido en aumento.
Alberto es uno de los grandes, sin duda.