El peregrinaje vale la pena, se hace a gusto puesto que en el restaurante te encuentras perfectamente atendido por Carolina y si te dejas llevar por la inspiración de Oriol, ya no te digo.
Yo disfruté mucho con el menú y Conxita quedó muy satisfecha de los platos que eligió, me cuesta admitir que comiera entero el "maxi canelón" prueba de que era exquisito, yo lo probé y encontré el relleno muy gustoso y muy ligero.
Espero poder repetir el próximo año
Un fuerte abrazo