Efectivamente este restaurante echa para atrás al ver el descuidado jardin y su mobiliario que podria ser una buena localización para el rodaje de una película de terror, si no te lo recomiendan no entras. Guardo buen recuerdo de los guisos, la carrillera y el rabo de buey.
Ha sido un placer compartir nuevamente con vosotros mesa y mantel.
Un abrazo