No pidas disculpas, Antoliano. Siempre es un placer charlar con un erudito como tú y de verdad que si hubieras bebido de la misma botella habrías llegado a la misma conclusión: un blanco sin tipicidad, con un rastro maderoso que lo tapaba todo, con la acidez muy justa y sin equilibrio entre alcohol y fruta. ¿Defectos de conservación o una fase tonta? Pues creo que ni una cosa ni la otra, más bien hablaríamos de un estilo impersonal y sobreextraído. Tengo incluso serias dudas de que en diez o quince años la cosa pueda mejorar, como decía Eu, creo que le faltaban mimbres. De todas formas, si me vuelvo a cruzar con algún parcelario de Chapoutier iré a por él animado por lo que te gustó ese 2003.
Un fuerte abrazo y Feliz Año.