Estimado Señor DAWES,
Digamos que - desde un punto de vista francés - Manuel Camblor es caribeño y no veo la diferencia entre un portorriqueño y un dominicano que viven en Nueva York : ocurre lo mismo aquí cuando hablo con un borgoñón que emplea la barrica bordelesa y un bordelés que tiene la costumbre de educar sus vinos en depósitos de ladrillo vidriado. Supongo que usted conoce Burdeos, una ciudad en donde las grandes familias no tienen ni pizca de acento del suruoeste.
Por lo que toca al vino, basta con tener buena suerte y conocer a un amigo de verdad - por ejemplo, Helios Bueno-Bertrán, alias Limonero - para poder descorchar las siguientes botellas - Federico Paternina gran reserva del 64 y Viña Soledad Tête de Cuvée reserva del 68 : con semejantes vinos, alcanzamos una especie de nirvana.
Es obvio que - muy a menudo - bebemos etiquetas y cada loco con su tema : quizás porque a mi gran maestro zen - Steven SPURRIER - le gustaban mucho los ejercicios divertidos y exigentes, no tengo ni el más mínimo a priori cuando encuentro botellas antiguas.
Estimo profundamente a María José LÓPEZ DE HEREDIA pero considero que los blancos y el asombroso rosado de la casa son más genuinos - ¡ no sé si se dice así ! - que los tintos : Viña Bosconia gran reserva me remite a los delicados Volnay de los años 40 y Viña Tondonia a los mejores Médoc del 61 : francamente, cada vez que viajo al extranjero, aspiro a sentirme desorientado y prefiero el original a la copia.
Le mando un cordialísimo saludo desde el departamento de Sarthe / Alain ANDRÉ