Lo bueno es que allí la temperatura es bastante constante. Yo cuando estuve en noviembre fue gracioso ver las pequeñas heladas matinales y los patinazos que me pegaba en bici, jajajajajaja.
Sabes cuál hubiera sido el punto plus para pensar que el sablazo podía ser más grande? Que el tarjetero para cobrar te lo hubiera sacado Ana Botín, jajajajajajajaja.
Excelente crónica, como siempre maestro!